Historia del nacimiento del Universo Marvel y sus conflictuados superhéroes
Con motivo del estreno en las pantallas de cine de la tercera entrega de Ironman, de que este modo se transforma en la primera posta de una serie de películas del universo Marvel que se nos vienen en estos próximos años (Thor, Capitán América, El Hombre Hormiga y, como se supone bien, Los Vengadores) es que decidí sacar este artículo, el cual viera la luz (en una versión algo más reducida) en la benemérita revista barrial "Floresta y su Mundo", propiedad de mi amigo Jorge.
espero que lo disfruten.
Cuando más de una vez algún conocido, o no, me pregunta el porque de mi pasión por los comics de superhéroes, simplemente echo una mirada una mirada hacia atrás y veo, envueltos en las brumas del tiempo, mis días de infancia… y es allí donde obtengo la respuesta.
Esa fantástica época de mi vida estuvo signada por el “todo es posible” y el mundo de maravillas que, semana tras semana, podía disfrutar en las páginas de las revistas de historietas que compraba en los kioscos.
... y era mucho más que un niño común y corriente. Era alguien que podía volar más allá de las estrellas. Gracias a mis valientes actos, la humanidad toda podía vivir con paz y esperanzas por un futuro mejor.
Era un héroe.
Unos cuantos años después, cuando ya era un adulto hecho y derecho (creo), tuve la oportunidad de reencontrarme con todo ese material. Ello se debió a la oportuna llegada a las bateas de las comiquerías de las ediciones españolas de Editoriales como Zinco y Planeta D´Agostini (línea Forum), las cuales se encargaron de reeditar todas esas viejas glorias de los años sesenta que habían formado parte de una etapa bien definida de los comics de superhéroes que fue conocida como La Edad de Plata (Silver Age).
El nacimiento oficial de dicha época puede ser ubicada en Marzo de 1956, cuando se produjo el relanzamiento de un casi olvidado personaje de la década del 40 conocido como The Flash para la revista Showcase Nº 4 publicada por DC Comics. Este lanzamiento tendría la virtud de revitalizar a un género que por esos tiempos se encontraba en franca decadencia.
Gracias a este notable éxito, la Editorial DC se convirtió en la piedra basal de la nueva era superheroica, un hecho que le permitió posicionarse en el mercado comiquero como la editora de comics más importantes de los EE. UU.
Todo transcurrió de esa manera hasta el año 1961, cuando vería la luz un nuevo mito comiquero que dejaría su huella indeleble en la gloriosa y entrañable Edad de Plata: el nacimiento del Universo Marvel.
A finales de la década de los 50 y principios de los 60, la por entonces Editorial Atlas (nacida en 1938 con el nombre de Timely) sobrevivía a expensas de una serie de publicaciones -Strange Tales, Journey Into Mystery, Young Men, Submariner, Capitán América, Millie The Model, Two-Gun Kid y Rawhide Kid, entre otros- de muy pobre calidad artística y bajas ventas.
Consciente de que los tiempos estaban cambiando y que los superhéroes habían comenzado a transformarse en un rentable negocio, Martin Goodman (el propietario de Atlas) se encargó de espolear a dos de sus empleados para que se encargaran de crear una nueva línea de superhéroes que pudiera competir con los superexitosos personajes de la DC Comics.
Estos dos personajes en cuestión fueron nada más ni nada menos que Stan Lee y Jack Kirby, los cuales ya llevaban varios años trabajando en el mundo de los comics. Entre los dos crearon un muy original universo superheroico que, aun en la actualidad, no deja de sorprender a las nuevas camadas de lectores que se han ido sumando a lo largo de los más de 50 años que han transcurrido desde su nacimiento.
Stan “The Man” Lee nació en la ciudad de Nueva York en 1922 y ya desde muy joven comenzó a trabajar en la editorial Timely, bajo la dirección de Martin y Arthur Goodman. A fines de la guerra se dedicó a escribir guiones para comics de romance, guerra, terror y western, convirtiéndose también director de ediciones.
Jack “the King” Kirby (1917-1994) comenzó a trabajar en la misma editorial en 1940 y, junto a Joe Simon, crearía al más famoso supersoldado de la edad de oro de los comics: El Capitán América. En 1955 retornaría a Atlas, en donde conoció al joven Stan, ilustrando historias de ciencia ficción y de monstruos (con nombres tan extraños como Fin Fang Foom, Torr y Zzutak).
El primer resultado exitoso de este tándem creativo llegaría a los kioscos en noviembre de 1961 con el intrigante título de Los Cuatro Fantásticos (Fantastic Four), un grupo de superhéroes que se dedicaban a combatir el mal en todas sus formas, usando para ello sus "fantásticos" poderes y una variopinta parafernalia tecnológica.
La historia de este grupo dará inicio cuando un científico, su novia, el hermano de la misma y un amigo se suben a un cohete experimental inventado por el primero. Una vez llegados al espacio, dicha nave se verá sometida a energías desconocidas, en la forma de una andanada de rayos cósmicos, que hará mutar los cuerpos de los cuatro tripulantes en seres de increíbles poderes.
Los miembros de este grupo eran Reed Richard/Mr. Fantástico, poseedor de la habilidad de estirarse (claramente influenciado por el Plastic Man que Jack Cole creara para Quality Comics), Susan Storn Richard/La Mujer Invisible (una supuesta damisela que no se portaba como tal), Johnny Storn/La Antorcha Humana (el típico representante de la juventud contestataria y alocada de la década del 60) y, por ultimo, el alma tortura del grupo… el monstruoso y gruñón, pero de buen corazón, Ben Grimm/La Cosa, que era poseedor de una fuerza sobrehumana.
Las historias narradas en las páginas de Los Cuatro Fantásticos no solo poseían una acción a raudales, que estaban potenciadas por los dinámicos dibujos de Jack Kirby, sino que se caracterizaban principalmente por el desarrollo de sus personajes.
La personalidad y manera de ser de estos sobresalían por sobre las aventuras en las que se veían envueltos. Este rasgo los dotaba de una dimensión mucho más humana y realista, al padecer (como nos suele suceder a todos nosotros) de miedos, ansiedades, sentimientos humanitarios y también odios, pese a poseer los poderes propios de un dios.
Esta nueva fórmula abrió paso a toda una nueva manera de leer comics, un hecho que no solo atrajo a los niños sino que también despertó el interés de los adolescentes y universitarios, transformándose así en parte de la cultura popular de esos tiempos.
Otra de las novedades en la publicación de esta revista sería la forma en que se realizaban las historias, el cual sería conocido como Método Marvel.
Debido al hecho de que Stan Lee actuaba de manera simultanea como guionista, director editorial y director artístico, carecía del tiempo necesario para escribir los guiones completos, tal cual era el estilo imperante en esos años.
Para subsanar ese problema, Lee sacó de la galera una técnica en la cual le daba al dibujante de turno una sinopsis del guión (explicándole los hechos principales y el final) y luego le dejaba total libertad al mismo para que pudiera desarrollar todo su arte. Posteriormente, el guionista le agregaba a los dibujos terminados los diálogos y los textos de apoyo en los espacios que iban quedando en blanco, tratando de no tapar las espectaculares ilustraciones.
El resultado final de este método era sencillamente espectacular.
Las cifras de ventas del comic de Los Cuatro Fantásticos resultó arrolladora, un resultado que incluso sorprendió a la propia editorial, y numerosas cartas invadieron la redacción. Dichas misivas serian contestadas en una sección especial de la revista llamada Fantastic 4 Fan Page, con lo que se pudo mantener una fluida correspondencia entre los editores y los lectores.
A su vez, este comic actuó como una suerte de puerta de entrada a otros personajes, ya fueran viejas creaciones de la casa o no, como lo fueron Namor, el príncipe de la Atlántida (Creado por Bill Everett en 1939), la original Antorcha Humana, el Doctor Doom (archinémesis por antonomasia de Los Cuatro Fantásticos, que aparecieran en FF Nº 5), Silver Surfer, Los Inhumanos, Pantera Negra, Galactus, el devorador de mundos, y un interminable grupo de extraños y poderosos personajes que han perdurado en el tiempo y en el corazón de todos los fans.
Si bien la impronta creativa de Kirby y Lee descolló en este título señero de la Marvel, otros dibujantes y guionistas se encargaron de recrear y enriquecer este particular universo superheroico, tal como lo fueron Roy Thomas, John Romita, John Buscema, Ross Andru y Rick Buckler.
El Universo Marvel fue expandiéndose de manera exponencial en el mercado estadounidense, gestándose en su seno toda una serie de nuevos títulos en donde eran presentados héroes conflictuados y sumamente poderosos, detalle que los apartaba totalmente de los unidimensionales personajes que desarrollaban sus aventuras en las publicaciones de otras editoriales.
Quizá la DC Comics fue la iniciadora de la Edad de Plata, pero no cabe ninguna duda que la Editorial Marvel fue la esencia que alimentó a toda una generación de comiqueros.
Con motivo del estreno en las pantallas de cine de la tercera entrega de Ironman, de que este modo se transforma en la primera posta de una serie de películas del universo Marvel que se nos vienen en estos próximos años (Thor, Capitán América, El Hombre Hormiga y, como se supone bien, Los Vengadores) es que decidí sacar este artículo, el cual viera la luz (en una versión algo más reducida) en la benemérita revista barrial "Floresta y su Mundo", propiedad de mi amigo Jorge.
espero que lo disfruten.
Cuando más de una vez algún conocido, o no, me pregunta el porque de mi pasión por los comics de superhéroes, simplemente echo una mirada una mirada hacia atrás y veo, envueltos en las brumas del tiempo, mis días de infancia… y es allí donde obtengo la respuesta.
Esa fantástica época de mi vida estuvo signada por el “todo es posible” y el mundo de maravillas que, semana tras semana, podía disfrutar en las páginas de las revistas de historietas que compraba en los kioscos.
... y era mucho más que un niño común y corriente. Era alguien que podía volar más allá de las estrellas. Gracias a mis valientes actos, la humanidad toda podía vivir con paz y esperanzas por un futuro mejor.
Era un héroe.
Unos cuantos años después, cuando ya era un adulto hecho y derecho (creo), tuve la oportunidad de reencontrarme con todo ese material. Ello se debió a la oportuna llegada a las bateas de las comiquerías de las ediciones españolas de Editoriales como Zinco y Planeta D´Agostini (línea Forum), las cuales se encargaron de reeditar todas esas viejas glorias de los años sesenta que habían formado parte de una etapa bien definida de los comics de superhéroes que fue conocida como La Edad de Plata (Silver Age).
El nacimiento oficial de dicha época puede ser ubicada en Marzo de 1956, cuando se produjo el relanzamiento de un casi olvidado personaje de la década del 40 conocido como The Flash para la revista Showcase Nº 4 publicada por DC Comics. Este lanzamiento tendría la virtud de revitalizar a un género que por esos tiempos se encontraba en franca decadencia.
-JACK KIRBY- |
Gracias a este notable éxito, la Editorial DC se convirtió en la piedra basal de la nueva era superheroica, un hecho que le permitió posicionarse en el mercado comiquero como la editora de comics más importantes de los EE. UU.
Todo transcurrió de esa manera hasta el año 1961, cuando vería la luz un nuevo mito comiquero que dejaría su huella indeleble en la gloriosa y entrañable Edad de Plata: el nacimiento del Universo Marvel.
A finales de la década de los 50 y principios de los 60, la por entonces Editorial Atlas (nacida en 1938 con el nombre de Timely) sobrevivía a expensas de una serie de publicaciones -Strange Tales, Journey Into Mystery, Young Men, Submariner, Capitán América, Millie The Model, Two-Gun Kid y Rawhide Kid, entre otros- de muy pobre calidad artística y bajas ventas.
-STAN LEE- |
Consciente de que los tiempos estaban cambiando y que los superhéroes habían comenzado a transformarse en un rentable negocio, Martin Goodman (el propietario de Atlas) se encargó de espolear a dos de sus empleados para que se encargaran de crear una nueva línea de superhéroes que pudiera competir con los superexitosos personajes de la DC Comics.
Estos dos personajes en cuestión fueron nada más ni nada menos que Stan Lee y Jack Kirby, los cuales ya llevaban varios años trabajando en el mundo de los comics. Entre los dos crearon un muy original universo superheroico que, aun en la actualidad, no deja de sorprender a las nuevas camadas de lectores que se han ido sumando a lo largo de los más de 50 años que han transcurrido desde su nacimiento.
Stan “The Man” Lee nació en la ciudad de Nueva York en 1922 y ya desde muy joven comenzó a trabajar en la editorial Timely, bajo la dirección de Martin y Arthur Goodman. A fines de la guerra se dedicó a escribir guiones para comics de romance, guerra, terror y western, convirtiéndose también director de ediciones.
Jack “the King” Kirby (1917-1994) comenzó a trabajar en la misma editorial en 1940 y, junto a Joe Simon, crearía al más famoso supersoldado de la edad de oro de los comics: El Capitán América. En 1955 retornaría a Atlas, en donde conoció al joven Stan, ilustrando historias de ciencia ficción y de monstruos (con nombres tan extraños como Fin Fang Foom, Torr y Zzutak).
El primer resultado exitoso de este tándem creativo llegaría a los kioscos en noviembre de 1961 con el intrigante título de Los Cuatro Fantásticos (Fantastic Four), un grupo de superhéroes que se dedicaban a combatir el mal en todas sus formas, usando para ello sus "fantásticos" poderes y una variopinta parafernalia tecnológica.
La historia de este grupo dará inicio cuando un científico, su novia, el hermano de la misma y un amigo se suben a un cohete experimental inventado por el primero. Una vez llegados al espacio, dicha nave se verá sometida a energías desconocidas, en la forma de una andanada de rayos cósmicos, que hará mutar los cuerpos de los cuatro tripulantes en seres de increíbles poderes.
Los miembros de este grupo eran Reed Richard/Mr. Fantástico, poseedor de la habilidad de estirarse (claramente influenciado por el Plastic Man que Jack Cole creara para Quality Comics), Susan Storn Richard/La Mujer Invisible (una supuesta damisela que no se portaba como tal), Johnny Storn/La Antorcha Humana (el típico representante de la juventud contestataria y alocada de la década del 60) y, por ultimo, el alma tortura del grupo… el monstruoso y gruñón, pero de buen corazón, Ben Grimm/La Cosa, que era poseedor de una fuerza sobrehumana.
Las historias narradas en las páginas de Los Cuatro Fantásticos no solo poseían una acción a raudales, que estaban potenciadas por los dinámicos dibujos de Jack Kirby, sino que se caracterizaban principalmente por el desarrollo de sus personajes.
La personalidad y manera de ser de estos sobresalían por sobre las aventuras en las que se veían envueltos. Este rasgo los dotaba de una dimensión mucho más humana y realista, al padecer (como nos suele suceder a todos nosotros) de miedos, ansiedades, sentimientos humanitarios y también odios, pese a poseer los poderes propios de un dios.
Esta nueva fórmula abrió paso a toda una nueva manera de leer comics, un hecho que no solo atrajo a los niños sino que también despertó el interés de los adolescentes y universitarios, transformándose así en parte de la cultura popular de esos tiempos.
Otra de las novedades en la publicación de esta revista sería la forma en que se realizaban las historias, el cual sería conocido como Método Marvel.
Debido al hecho de que Stan Lee actuaba de manera simultanea como guionista, director editorial y director artístico, carecía del tiempo necesario para escribir los guiones completos, tal cual era el estilo imperante en esos años.
Para subsanar ese problema, Lee sacó de la galera una técnica en la cual le daba al dibujante de turno una sinopsis del guión (explicándole los hechos principales y el final) y luego le dejaba total libertad al mismo para que pudiera desarrollar todo su arte. Posteriormente, el guionista le agregaba a los dibujos terminados los diálogos y los textos de apoyo en los espacios que iban quedando en blanco, tratando de no tapar las espectaculares ilustraciones.
El resultado final de este método era sencillamente espectacular.
Las cifras de ventas del comic de Los Cuatro Fantásticos resultó arrolladora, un resultado que incluso sorprendió a la propia editorial, y numerosas cartas invadieron la redacción. Dichas misivas serian contestadas en una sección especial de la revista llamada Fantastic 4 Fan Page, con lo que se pudo mantener una fluida correspondencia entre los editores y los lectores.
A su vez, este comic actuó como una suerte de puerta de entrada a otros personajes, ya fueran viejas creaciones de la casa o no, como lo fueron Namor, el príncipe de la Atlántida (Creado por Bill Everett en 1939), la original Antorcha Humana, el Doctor Doom (archinémesis por antonomasia de Los Cuatro Fantásticos, que aparecieran en FF Nº 5), Silver Surfer, Los Inhumanos, Pantera Negra, Galactus, el devorador de mundos, y un interminable grupo de extraños y poderosos personajes que han perdurado en el tiempo y en el corazón de todos los fans.
Si bien la impronta creativa de Kirby y Lee descolló en este título señero de la Marvel, otros dibujantes y guionistas se encargaron de recrear y enriquecer este particular universo superheroico, tal como lo fueron Roy Thomas, John Romita, John Buscema, Ross Andru y Rick Buckler.
El Universo Marvel fue expandiéndose de manera exponencial en el mercado estadounidense, gestándose en su seno toda una serie de nuevos títulos en donde eran presentados héroes conflictuados y sumamente poderosos, detalle que los apartaba totalmente de los unidimensionales personajes que desarrollaban sus aventuras en las publicaciones de otras editoriales.
Quizá la DC Comics fue la iniciadora de la Edad de Plata, pero no cabe ninguna duda que la Editorial Marvel fue la esencia que alimentó a toda una generación de comiqueros.
TO BE CONTINUED…
Estupendo artículo sobre el origen de la Silver Age y el nacimiento de la Era Marvel de los cómics. Felicidades. Está claro que, como dice el viejo adagio, 'la verdadera patria del hombre es su infancia'.
ResponderEliminarSaludos.