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domingo, 29 de julio de 2012

¡SANTA BATINOSTALGIA, BATMAN!

“Leí el guión y me pareció inteligente e hilarante. Tuve la sensación de que su enfoque podía ser el correcto para que el material funcionase, en ese momento, si conseguía darle cierto aire de desenfado. Así que acepté”
Adam West

EN EL MES DEDICADO A BATMAN, NOS SUBIMOS AL DELOREAN DEL PROFESOR BROWN Y NOS FUIMOS A LOS VIEJOS AÑOS 60. ALLÍ NOS ENCONTRAMOS CON LA VIEJA SERIE DEL HOMBRE MURCIÉLAGO, QUE SUPO DESPERTAR EN MÍ LA PASIÓN POR LOS COMICS.

¡¡Batman!! ¡¡taradadadadadadada!! ¡¡Batman!! ¡¡ taradadadadadadada!! Eh… ejem… yo… este… ¡¡Ma si, estaba cantando el tema de la serie de superhéroes por excelencia de mi niñez!!... una serie que, en su época, creó una auténtica batifiebre que se extendió a lo largo de todo el mundo por más de 100 países.

Las aventuras televisivas de Batman se encargaron de marcar toda una generación de jóvenes teleadictos que, semana a semana, disfrutaban cada una de las peripecias vividas por nuestros queridos personajes.

El éxito de Batman no dio precisamente inicio en la década del sesenta con la emisión de esta serie, pues la historia del encapotado se remonta a muchísimo años atrás. Por esos tiempos, la editorial National Comics, aun sorprendida por la aparición de Superman en las páginas de la revista Action Comics Nº 1, le encargó a un joven llamado Bob Kane (1916-1998) que se abocara a la creación de un personaje que fuera similar al último hijo de Krypton, incluida su doble personalidad.
Fue así como este muchacho, junto a Bill Finger (1914-1974), escribió y dibujó para el número 27 de la revista Detective Comics (1939) las aventuras de un nuevo héroe, cuya característica principal eran sus oscuros ropajes similares al de un murciélago y sus métodos expeditivamente violentos, que se abocaría a una incansable lucha contra el crimen. Ese héroe urbano sería conocido con el nombre de Batman.

El personaje en cuestión obtuvo un éxito inmediato, llegando incluso a rivalizar con las aventuras del hombre de acero. A partir del número 38 de la serie (1940), con el objeto de minimizar la oscura violencia que tenía la serie y acercarlo al público lector de corta edad, hizo su aparición un ayudante: Robin, el joven maravilla.
Posteriormente, los gángsters y científicos locos tan típicos de esos comics serían reemplazados por una serie de estrafalarios villanos que le harían la vida imposible al dúo dinámico. Entre todos ellos quien más se destacó fue el Joker, el príncipe payaso del crimen (creado por Jerry Robinson para Batman Nº 1 -1940-), que con los años terminaría transformándose en una auténtica némesis de nuestros héroes.

Durante la década del 40, los estudios cinematográficos Columbia Pictures pusieron sus codiciosas zarpas sobre el héroe de Ciudad Gótica, sacando al ruedo dos seriales.

El primero de ellos, que constaba de 15 episodios, fue dirigido por Lambert Hyllier y estuvo protagonizada por Lewis Wilson y Douglas Croft. El segundo, conocido como New Adventures of Batman & Robin, fue dirigido por Spencer Bennet y protagonizado por Robert Lowery y John Duncan. Ambos seriales gozaron de éxito durante las décadas del 40 y 50.

Corría la década del 60, época en que el movimiento Hippie y el Pop Art penetraron cual cuchillo afilado en la rígida moral del pueblo norteamericano al compas de la música de Los Beatles y las bombas que caían sobre Vietnam, cuando el productor William Dozier y la Greenway Productions tuvieron una idea que se transformaría en la punta de lanza de uno de los hitos culturales más importantes de esa década.
En Enero de 1966 la cadena televisiva ABC puso en la pantalla chica, con el pegadizo y machacante tema musical de Neal Hefti, la serie llamada Batman. La misma estaba compuesta de dos emisiones semanales de media hora de duración que conformaban un único episodio dividido en dos capítulos. En el final del primero, nuestros héroes caían invariablemente en una trampa tan ridícula como mortal (“¡No se pierdan el próximo capítulo a la misma batihora por el mismo baticanal!”), para luego terminar escapando en una forma igual de ridícula en el capítulo siguiente.

En el papel de los justicieros enmascarados estuvieron implicados dos actores poco menos que conocidos. El primero de ellos era Adam West (William West Anderson -1928), un actor de medio pelo que había trabajado en varias series televisivas como Maverik y Los Detectives (junto a Robert Taylor) y haciendo un “muy” pequeño papel en una poco conocida película de ciencia ficción llamada Robinson Crusoe en Marte (Robinson Crusoe on Mars -1964-). A él le tocó representar el papel del millonario Bruce Wayne (conocido en los países de habla hispana como Bruno Díaz) el cual combatía al crimen bajo el alter ego de Batman.

La otra parte del equipo era todavía más desconocido que el anterior, ya que no tenía antecedentes actorales. Se trataba de Burt Ward (Bert “Sparky” Gervis -1946) que, casi por casualidad se presentó en el casting y terminó consagrándose como “el joven pesadilla”/Ricardo Tapia.

“¡¡Santos Tujes Batman!!”

Acompañándolos, había un casting de actores secundarios fijos que formaron parte de este estrambótico batiuniverso, a Alan Napier le toco la suerte de representar el papel del fiel mayordomo Alfred

Para evitar los constantes comentarios sobre la supuesta homosexualidad del dúo dinámico, Madge Blake encarnó a la eternamente idiota Tia Harriet (que permanecía obstinadamente ajena a los ires y venires de sus “¿sobrinos?”). 

Las fuerzas policiales de la sufrida Ciudad Gótica estaban a cargo del Comisario Fierro (Neil Hamilton), que lo único que sabía hacer bien era levantar el tubo del batiteléfono para pedir ayuda a quien ya se imaginan, y el Jefe O´Hara (Stafford Repp), un nabo con menos autoridad que un sargento del Ejército de Salvación.

Los episodios estuvieron dirigidos por Robert Butler, Norman Foster, Tom Gries, George Waggner y Leslie H. Martinson, en tanto que los guiones corrieron por cuenta de Lorenzo Semple Jr. Este escritor, que también estuvo implicado en los guiones de películas como Papillón, Flash Gordon, 007: Nunca Digas Nunca Jamás y Los 3 Días del Condor, supo plasmar a la perfección un muy buen humor y un sentido de inocencia desenfrenada que no pasó desapercibida para todos aquellos que veían la serie.

Otro de los guionistas fue Stanley Ralph Ross, el cual creó al Cascarón (que fue protagonizado por Vincent Price) y desarrolló los mejores episodios de Catwoman, en donde se hacía hincapié a la tensión sexual existente entre esta y el hombre murciélago.

Dichos argumentos eran inocentes, ridículos, moralistas y graciosos a un grado extremo, rescatando de manera magistral el espíritu Camp que caracterizó a esa época. El tiempo se encargó de demostrarnos que, a pesar de no parecerlo, los mismos eran sumamente inteligentes.

La dirección de cámaras poseía una estética visual totalmente original, como por ejemplo los sugerentes planos inclinados en las escenas en las que aparecían los villanos y los chillones colores propios del universo de los comics (todo ello se debió a la dirección artística de Serge Krizman), con un Batman gordito y bonachón yendo de aquí para allá y repartiendo mamporros a los malos que le tocaba en suerte luchar.
Una mención aparte la merecen los malos, pues los mismos terminaron transformándose en un auténtico pilar de la serie al ser interpretados por varios pesos pesados de la actuación.
Entre los más conocidos podemos nombrar a 
-Cesar Romero (El Guasón/Joker
-Burgess Meredith (El Pingüino
-Frank Gorshin (El Acertijo)
-Julie Newmar (Gatúbela/Catwoman)
-George Sanders (Mr. Freeze)
-John Astin (El Acertijo)
-Anne Baxter (Zelda)
-Malachi Throne (Falsafaz)
-Victor Buono (Rey Tut)
-Van Johnson (El Trovador)
-Shelley Winters (Ma Parker)
-Carolyn Jones (Marsha, la reina de diamantes)
-Cliff Robertson (Shame)
-Joan Collins (La sirena Lorelei)
-Otto Preminger (Mr. Freeze)
-David Wayne (El Sombrerero)
-Elli Wallach (Mr. Freeze)
-Eartha Kitt (Gatúbela/Catwoman)
-Roddy Mc Dowall (El Bibliógrafo)
-Art Carney (El Arquero)
-Liberace (Chandell/Harry)
-Michael Rennie (Doromido/Sandman)
-Roger C. Carmel (Coronel Gomma)
-Tallulah Bankhead (Viuda Negra)
-Milton Berle (Luis El Lirio)
-Barbara Rush (Nora Clavícula)
-Ida Lupino (Doctora Cassandra)
-Zsa-Zsa Gabor (Minerva)
-Vincent Price (El Cascarón).

También es de destacar la aparición de numerosos artistas en las famosas ventanas, cuando los encapotados subían por la pared de algún edificio. Entre ellos podemos destacar a Bruce Lee (en su personaje de Kato), Van Williams (como El Avispón Verde), Jerry Lewis, Sammy Davis Junior y Edward G. Robinson.

Otra de las grandes bazas fueron sin duda los adminículos tecnológicos usados por el dúo dinámico para poder llevar a cabo su valerosa misión. Entre ellos estaba el baticinturón (en donde guardaba todo tipo de implementos), la Baticomputadora (a la que le ponías un zapato o un calzoncillo y vaticinaba que crimen se iba a cometer) y, por supuesto, el increíble Batimovil.
Originalmente, dicho vehículo era un Ford Lincoln prototipo perteneciente al diseñador de autos George Barris. Debido a que los tiempos de estreno eran muy apretados, la producción se vio obligada a comprar por muy alto precio este auténtico armatoste cuya velocidad no excedía los 15 kilómetros por hora. Para subsanar este problema, las tomas se hacían en cámara lenta de modo tal que, al pasarla a velocidad normal, parecía que el Batimovil se movía gran velocidad.

Hacia finales de la primera temporada, el dúo dinámico se enfrentó al Guasón, El Acertijo, El Pingüino y Gatúbela ( interpretada por Lee Meriwetter) pero esta vez fue en la pantalla grande. La película Batman, producida por William Dozier, fue dirigida por Leslie H. Martinson y guionizada por Lorenzo Semple Jr., que trasladó el espíritu de la serie a un film de hora y media de duración. 

Para serles sincero la película no es precisamente la joya de la cinematografía, pero… ¿Quién puede olvidarse del tiburón de goma prendido a la pierna de nuestro héroe y el oportuno uso del batirepelente? Sin dudas una joya de lo bizarro.
Hacia finales de la segunda temporada, la audiencia comenzó a caer y para 1967 la serie tomó el formato de un capítulo único semanal. Los costos disminuyeron y ello terminó resintiendo a los efectos especiales utilizados en la misma.

En la tercera temporada, con el fin de devolver el interés de la alicaída serie, la batifamilia se vio agrandada con la llegada de la voluptuosa y curvilínea Yvonne Craig que se encargó de personificar a Batichica, una joven heroína con motocicleta y minibaticueva propia que se transformaría en una nueva aliada en la lucha contra el crimen.

A pesar de todo ello, la suerte de la serie estaba echada. Luego de una nada despreciable cantidad de 120 episodios, Batman sería finalmente cancelada en marzo de 1968. 

Durante un tiempo estuvo yacente la idea de reflotarla, por parte del propio Adam West y el productor, para luego asistir consternados al hecho de que todos los decorados habían sido desarmados en su totalidad.

A pesar de todos esos contratiempos, la serie no se perdió en las brumas del olvido. Varios años después de su cancelación, los capítulos de Batman fueron sindicados, lo cual permitió que la misma fuera distribuida por todo el mundo. 

El tiempo y la nostalgia se encargaron de convertirla en un auténtico clásico.
¡MUERAN DE ENVIDIA BATIFANÁTICOS! ESTA ES LA FOTO QUE ME AUTOGRAFIÓ EL MISMÍSIMO ADAM WEST EN FANTABAIRES 97 ¡BWAJAJAJAJA!
Es evidente que el Batman de la década del 60 se transformó en todo un referente para toda una generación de argentinos. Prueba de ello fueron los cientos de fans que hicieron cola (yo incluido) para obtener una sencilla firma, cuando Adam West nos visitó en Fantabaires 97Todos nos sorprendimos al encontrarnos con un tipo sumamente divertido, que incluso se dio el gusto de bailar el “Batussi” en el escenario para beneplácito de todos los concurrentes.

A pesar de todos los años que han transcurrido desde su estreno en las pantallas de la televisión, Batman y su compañero Robin continúan patrullando las calles de Ciudad Gótica librándola de los locos villanos que la amenazan… y todo ello al compás de una conocida música.



¡¡Batman!! ¡¡taradadadadadadada!! ¡¡Batman!! ¡¡ taradadadadadadada!! ¡¡BATMAN!! ¡¡BATMAN!! ¡¡BATMAN!!

Si desean saber algo más sobre este increíble universo, les recomiendo fervientemente que visiten
Sin duda una de las mejores páginas en castellano que hay en Internet sobre esta emblemática serie.


sábado, 14 de julio de 2012

BATMAN: EL REGRESO DEL SEÑOR DE LA NOCHE- FUTURO OSCURO


La humanidad siempre ha sentido la oscura y morbosa fascinación por tratar de conocer el futuro que le está esperando a nuestro querido planeta Tierra. A lo largo de su existencia siempre se ha visto acosado por las mismas preguntas…

¿Acabaremos abrasados por el fuego purificador del hongo atómico? O, por el contrario, ¿Tan solo nos apagaremos, cual si fuera la llama de una vela, víctimas de una oscura enfermedad creada en algún desconocido laboratorio?

Tanto en los textos religiosos de las diferentes culturas, como en los mitos o las crípticas palabras de los profetas se hace mención de un gran cambio en un futuro más o menos cercano. Una suerte de inflexión en el destino de la humanidad, que quizá termine conduciéndonos hacia la extinción, el olvido y la destrucción de todo lo que conocemos o, por el contrario, al inicio de un futuro de gloriosa esperanza en la que nos veremos colocados por encima de las mezquindades que nos han precedido.

Aun no sabemos, aunque nos aboquemos a ingentes esfuerzos por lograrlo, cual será el camino ni el momento en que se producirá ese cambio. Quizá, incluso, ya estemos sumergidos en él y todavía nos está vedado el poder darnos cuenta de ello.

… y así, únicamente, tan solo nos queda esperar temerosos y fascinados el tiempo en que los vaticinios se vean cumplidos.

Prueba de esa afición del hombre por su porvenir puede hallarse en las obras literarias, especialmente en el género de la ciencia ficción, en donde sus autores nos han descrito mundos post atómicos, civilizaciones poseedoras de una fría tecnología en la que el hombre es un simple engranaje o historias de un planeta totalmente contaminado, decadente y violento.

El cine también transitó por ese sendero oscuro una y mil veces casi desde sus inicios. Entre la multitud de producciones de esta temática podemos nombrar:- Lo que Vendrá (Thing to Come -1936-), The Day World Ended (1950), World, The Flesh and the Devil (1959), Pánico en el año Cero (Panic in the Year Zero -1962-), La Máquina del Tiempo (The Time Machine -1960-), El Planeta de los Simios (The Planet of the Apes -1968-), Cuando el Destino nos Alcance (Soylent Green -1973-), Fuga en el Siglo 23 (Logan´s Run -1976-), Blade Runner (1982) y Doce Monos (Twelve Monkeys -1996-), a las que se suma un larguísimo etcétera.

En todas ellas, el futuro que nos presentan es terriblemente sombrío, desolador e inevitable.

Por supuesto, esta notable atracción también llegó al mundo de los comics de superhéroes. A los comicadictos siempre nos gustó imaginar lo que podría llegar a pasarles a nuestros personajes favoritos en un futuro más o menos cercano…

¿Serán aun valientes héroes o se habrán transformado en crueles villanos?

¿Habrán muerto sus seres queridos… o se habrán casado y tenido una descendencia que hubiera seguido sus pasos?

¿Habrán perdido sus increíbles poderes o serán asesinados por algún salvaje villano?

Muchos han sido los guionistas y dibujantes que se abocaron a esta rentable premisa argumental pero hubo uno que logró trascender la media general, transformando su obra en parte de la iconografía comiquera de finales del siglo XX.

Esa obra fue Batman, El Regreso del Señor de la Noche y su creador fue Frank Miller.
Luego de los sucesos acontecidos en la maxiserie de 12 números conocida como Crisis en las Tierras Infinitas (Crisis on Infinite Earths -1985-), la Editorial DC propuso a diferentes autores a que se encargaran de remozar a los principales héroes de la casa.

Superman cayó en manos del canadiense John Byrne, el cual nos trajo a un nuevo y esta vez único hijo de Krypton, menos poderoso que su antecesor pero a la vez más humano y más deseoso de ser Clark Kent que el hombre de acero.

Al multifacético George Pérez se le encargó revivir a Wonder Woman, el cual la transformó en una guerrera amazona que estaba estrechamente relacionada con la mitología griega y su panteón de dioses.

Pero fue Frank Miller el encargado de dar vuelta el tablero superheroico al escribir y dibujar a un nuevo Batman post crisis, el cual fue mucho más allá de lo esperado por los editores que lo habían contratado. Junto a Klaus Janson (entintado) y Lynn Varley (color) crearía una novela gráfica de tal calidad que le permitiría a la DC encumbrarse por encima del resto de las editoriales, gracias a la calidad el material presentado.

Por esos tiempos, este creador no era precisamente un desconocido en el medio, ya que su creatividad se había destacado con anterioridad debido a su intervención en una serie de la Editorial Marvel llamada Daredevil (especialmente la saga conocida como Born Again, correspondiente a los números 227 al 233 de la serie) y la miniserie Ronin (1983/84) para la DC

Posteriormente, su fama se acrecentaría aun más con otras joyas del comic como Hard Boiled (1990), Give me Liberty (junto a Dave Gibbons en 1990), Sin City (1991) y 300 (relato gráfico de la Batalla de las Termópilas, publicado en 1998).

Muchos de los conceptos vertidos en las historias de Daredevil se transformaron en los basamentos necesarios para la creación de la que quizá haya sido una de sus obras más importantes, que se encargaría de ingresar al mundo del comic en un periodo mucho más adulto e interesante.

Esta magnífica creación sentaría un precedente casi único en su género y aun hoy, luego de transcurridos 26 años de su publicación, conserva una solidez argumental que muy pocas historietas han logrado equiparar.

Extrañamente, esta historia del nuevo Batman trataría justamente sobre sus últimos días como justiciero enmascarado. Su planteo argumental se mueve a varios niveles, con diversas historias que se van amalgamando entre si a lo largo de los cuatro tomos que conforman esta magistral novela gráfica.

La narración se centra en un cincuentón Bruce Wayne, ya retirado de su vida como paladín de la justicia y amargado por las circunstancias que han afectado su vida, el cual lamenta su perdido status de héroe. A su alrededor, una decadente Ciudad Gótica se hunde en la desesperanza, víctima de su propia corrupción y desidia.

Todo ese siniestro porvenir es suficiente razón como para que el millonario vuelva a colocarse el manto del murciélago y así poder enfrentarse a la creciente oscuridad que va envolviendo los destinos de la ciudad que tanto ama.

Ese nefasto futuro al que deberá combatir estará representado por viejos y nuevos enemigos, los cuales intentarán destruir de una u otra forma lo que el hombre murciélago representa.

Dichas facciones estarán conformadas por Los Mutantes, una banda de jóvenes confundidos y violentos que no tienen quien les marque un rumbo determinado que permita canalizar sus frustraciones; Dos Caras, un patético villano aparentemente recobrado para la sociedad gracias a una cirugía estética de avanzada, la cual tan solo sirvió para cubrir con una fina capa de civilización al monstruo que nunca había dejado de ser; un Joker más enloquecido que nunca, cuyas terribles acciones están catalizadas por el regreso del señor de la noche, y un fascista gobierno de los EEUU, representado por un estrambótico personaje parecido al ex presidente Ronald Reagan y su lacayo: un eternamente joven y poderoso Superman, que ven en Batman un potencial peligro hacia las instituciones que pretenden defender.

La apocalíptica batalla final entre los dos grandes héroes, en la que el hombre de acero se llevará la peor parte, abrirá la puerta hacia un posible futuro prometedor. Escondido en las profundidades de la baticueva, y junto a un grupo de jóvenes, sentará los basamentos de una nueva y mejor sociedad.

El omnipresente poder de los medios televisivos. La insidiosa corrupción política. Las ansias por obtener el poder absoluto. La violencia desenfrenada. La decadencia de los valores morales. El oscuro porvenir de la juventud. La locura. Sin duda alguna, El Regreso del Señor de la Noche es un material de lectura casi obligatoria para todos aquellos que aman a los comics e, incluso, a aquellos que ven con cierto desprecio lo que consideran un género menor pasible de ser consumido por los niños o gente con cierto grado de inmadurez.
Con un sentido netamente comercial, en 2002, el mismo grupo autoral y la DC sacaron a la venta Batman: The Dark Knight Strike Again. La misma se sitúa cronológicamente a 3 años de la anterior historia, con un Bruce Wayne en franca lucha contra gobiernos corruptos y el mismísimo Superman. Esta nueva publicación no obtuvo tantas buenas críticas como se esperaba, ya que tanto el guión como el dibujo no estuvieron a la altura de su predecesora.

Batman El Regreso del Señor de la Noche nos presenta un oscuro futuro sobre un héroe netamente oscuro en su forma de accionar. A lo largo de los 26 años de su publicación, muchas cosas han cambiado en nuestro planeta pero las premisas argumentales presentes en esta obra aun permanecen vigentes para aquellos que han tenido la oportunidad de apreciarlos. 

Pues ese futuro podría llegar a ser el nuestro… y no es precisamente una maravilla.

El ser humano siempre ha sentido una gran fascinación por saber algo sobre el oscuro y caótico porvenir que nos espera. Siempre nos gustó tratar de averiguar sobre lo malo que puede estar llegando a nuestras vidas, pues…

¿Qué tiene de divertido el que sea bueno?

jueves, 28 de junio de 2012

CRONICAS DEL BUENOS AIRES SECRETO


UNIVERSOS  ESCONDIDOS
Textos, ilustraciones y foto-composiciones de DANIEL BARRAGÁN (Alias Terraman)

En los últimos años de vida del escritor argentino Enrique Pintos Trejo (1900-?) se abocó de lleno a las artes místicas, que lo llevó a relacionarse con numerosas sociedades esotéricas de la época  como lo fue la nefasta Organización Thule de la Alemania nazi.

Sus relatos, poco antes alabados por los críticos literarios y el público lector, fueron tornándose muy extraños e inquietantes. En ellos nos describe un Buenos Aires totalmente ajeno. Una ciudad totalmente desconocida llena de terribles sombras que acechan en cada rincón de la noche y criaturas devoradoras dispuestas a cebarse de nuestras almas.

Prueba de ello es este fragmento encontrado en la buhardilla de la casa de sus padres, poco tiempo después de su misteriosa desaparición.

Helo aquí, dejándoles a todos ustedes la libre interpretación de su significado.

“Los hechos narrados en este manuscrito son acontecimientos difíciles de ser explicados mediante los términos de uso común para la vida cotidiana, careciendo por ende de alguna validez científica. A ustedes dejo la última palabra a través de los hechos sucedidos, según me fuera contado.

“La fría calígine nocturna, que cae inclemente sobre la ciudad, trae consigo amigos provenientes de tierras lejanas, con el fin de unirse para compartir una velada de elixires prohibidos, exóticas mujeres de dulces promesas y relatos de antiguos conceptos y vivencias. Allí, en ese lugar que ha sido así desde el inicio de los tiempos. La música, la lujuria y el conocimiento van extendiéndose a lo largo de las horas de la noche.

“Pero, como toda existencia mortal, las cosas llegan a su término y esta reunión no es la excepción. Dicho todo lo que tenía que ser dicho, los oscuros visitantes emprenden su largo viaje hacia el hogar, antes que el sol vuelva de su ronda desde el otro lado del mundo, que a ciencia cierta no sabemos que exista más allá de nuestras esperanzas. Los caminos y pareceres que han de tomar no son los mismos, pues sus propias creencias se han encargado de forjar sus propios destinos. Esos excepcionales peregrinos dictan sus códigos secretos y es inútil romperlos, so pena de la mismísima destrucción del universo todo.

“Eso se debe a que el destino de una persona es algo muy privado y no se puede influir en el del otro. Si todos conociéramos el camino trazado a nuestros pies, no habrá nadie que tenga la posibilidad de enfrentar los desafíos y pruebas que nos puedan deparar.

“Con tu propia carga a cuestas, inicias el largo retorno al hogar por los laberínticos y desconocidos senderos de la feroz ciudad que los contiene. En esos caminos sin nombre, pergeñado por una mente febril y desquiciada, pueden ser encontrados numerosos trashumantes que han perdido su rumbo a lo largo de milenios de eterno peregrinar por esos senderos.

“Algunos te hablarán sobre lo que hay más allá de los pasillos iluminados tenuemente por la farolas y te contarán sobre las deificas y vigilantes estatuas de aquellos que juzgan con feroz frialdad la existencia humana. Otros callarán y verán con pena tu paso cansino, como si estuvieran aguardando un raro evento, o una epifanía, que hace mucho tiempo han olvidado.

“Tan solo uno de ellos llamará tu atención. Uno que parece saber todo y, a su vez, no saber absolutamente nada. Un solitario narrador que susurra constantemente palabras, sin sentido aparente, sobre hechos que han acontecido, acontecen y acontecerán.

“-Ia Ia Thoy kansara Meight kansara Thoy Mhalyoght- Te dirá en un susurro, como si de una invocación se tratase- Yo conozco tu tierra. Conozco muchos de los secretos que se esconden en tu ciudad lejana. También conozco el Café de Arismendi y su singular mesa de billar, de paño bordó, hechizada de tal forma que la realidad física es diferente a las que rigen en otras partes del universo.

“Gracias a esa pobre y deífica presencia accedes, casi sin desear tan terriblemente magnífica ofrenda,  a los conocimientos prohibidos y a las palabras secretas. Es así como conoces la inverosímil leyenda del Rey Enano que, únicamente armado por su determinación y su desnudez, supo fundar una dinastía entre las laberínticas paredes que sería conocida como el Imperio de hojalata. A tus oídos y a tu mente agotada por el eterno trajinar en la oscuridad, le llegaran los conocimientos perdidos de los Ghunti y sus perversos planes para el futuro del planeta todo. Las palabras escuchadas te llevarán hacia los confines de la existencia misma, cuando el universo era tan solo un concepto abstracto, para asistir al eterno conflicto entre las fuerzas entrópicas del universo.

“El narrador se quedará mirándote, como esperando alguna recompensa por haber revelado ciertas verdades. Sus ojos parecerán ir más allá de ti, como si no fueras del todo real o que tan solo seas un sueño producto de las drogas que consume. Como única defensa ante lo que podría ser la cruda verdad, te alejas de allí con rapidez, por temor a que por fin repare en ti y seas real para su existencia.

“Y vuelves nuevamente a caminar bajo la poco segura iluminación existente en ese lugar, pues sabes que el camino a tu hogar aun es tortuosamente largo. Mientras te alejas vuelves tu vista hacia el narrador y te das cuenta que no es tan malo seguir tu camino escondido, esa terrible distancia que transcurre entre los retorcidos pasillos, húmedos desagües y extrañas plazoletas circulares.
“Aun embriagado por las mieles de la lujuria, continuas la marcha y el destino que se te ha trazado, a la hora en que todos los bailarines de la madrugada, La Sonriente Corte, salen a venerar a los falsos sombreros blancos. El cansancio y el alcohol van minando de a poco tu voluntad de seguir hacia delante, deseando reposar tu humanidad en alguno de los invitadores vericuetos de tu laberíntico camino de regreso.

“Con la desesperación de un hombre que intenta despertar de una mala pesadilla, continuas avanzando, sin recordar ese destino que buscas... ni tan siquiera los banales motivos que te llevaron hasta allí. Tan solo y perdido.

“El frío que corre entre esos abismos insondables hacen que te arrebujes en tus gastados ropajes, los cuales parecen insuficientes. Con pasos cada vez más lentos, te diriges hacia una curva del camino, la cual se pierde bajo un viejo puente que consideras vagamente conocido. Es ahí cuando te das cuenta de que ya no te hallas en el mundo mortal de tu realidad.

“Todo el lugar; desolado, vacío y oscuro; donde mansiones y extensos baldíos amalgaman sus sombras, dando forma a un paisaje ciclópeo, es un sitio con una vida propia y lleno de inquietantes presencias que parecen moverse entre las desgastadas paredes, como si estas no fueran.

“Intentando no prestar atención a los furtivos movimientos, en los cuales no se puede discernir humanidad alguna o algo que alguna vez haya tenido rastros de ella, te olvidas de tu sobrenatural cansancio y apresuras tu marcha.

“Al fondo de la curva que crees conocida, encuentras por fin la primera posta de tu largo regreso... una estación de paso. Un insólito local que siempre se halla cerrado durante el día pero que, llegada la noche, se encuentra siempre abierto. Un impío lugar sospechado de estar manejado por criaturas de la noche, sedientas de tu sangre y de tu alma.

“Habiendo aceptado como válidas todas esas sospechas, ya contadas durante las noches de fogatas en los lejanos campos de caza, entras en ese lugar en donde las pesadillas y visiones enfermas son gestadas. A pesar de las verdades y horrores que llegas a vislumbrar, mantienes tus labios cerrados, pues sabes bien que toda criatura tiene secretos que guardar y tú no eres nadie para develarlos... ni tan siquiera juzgarlos.

“Tratando de ignorar tu indecisión, caminas por el local, entre las mesas abarrotadas de aquellos parroquianos que no han sabido continuar su camino. En sus rostros ausentes, que parecen reflejar tu propio cansancio, pueden adivinarse invitadores gestos de bienvenida.

“Te acercas lentamente a un mostrador ahíto de cochambre y vejez. Con voz trémula le pides a una pálida muchacha, que obra como una suerte de encargada del lugar, tu pasaje a la siguiente existencia.

“Mientras te entrega el negro billete; que puede salvarte o destruirte, tal es la fuerza de su conjuro; los profundos y brillantes ojos de la fémina observan cada uno de tus movimientos con desmedida avidez. Permaneciendo ajeno al pérfido deseo de la inhumana bestia, tomas una vianda de los sucios anaqueles a fin de reponer tus fuerzas luego de la larga caminata.

“Habiendo pagado el precio por tu adquisición, sales presuroso del lugar antes que la molicie y la estupidez ganen tu ser, haciendo que te transformes en un oscuro parroquiano más.
“Apenas abandonas el lugar, llevándote contigo secretos que no deseas compartir con ninguna criatura nocturna, este parece desvanecerse en la bruma que en esos momentos te rodea.

“Finalmente cruzas debajo del puente y los recuerdos de donde vienes y a donde vas se presentan con una realidad demoledora. Te sientas en el duro asiento de una banca, solitaria en una triste plazoleta carente de vida alguna, a la espera del vehículo que te aleje de toda esa pesadilla.

“El negro pasaje, que te llevará hacia tu venerado terruño en el cual has sido, late como si se tratara de una entidad viviente. Aprietas tu mano con fuerza, intentando que esa oscura potestad no te abandone en ese solitario lugar.

“En el horizonte, un tenue amanecer es vislumbrado, ahuyentando miedos y sueños por igual. Aliviado, cierras tus ojos, procurando un reposo difícil de ser atrapado, mientras esperas el momento del regreso al hogar...”

miércoles, 20 de junio de 2012

PROMETEO -2012-: ¿PROMESAS CUMPLIDAS?

FICHA TÉCNICA
PROMETEO (Prometheus -2012-)
Brandywine Productions, Dune Entertainment y Scott Free Productions
Director: Ridley Scott

Producción: Michael Costigan, Michael Ellenberg, David Giler, Walter Hill, Mark Huffam, Teresa Kelly, Nicholas Korda, Damon Lindelof, Ridley Scott y Tony Scott

Guión: Jon Spaihts y Damon Lindelof

Música: Marc Streitenfeld

Diseño de producción: Arthur Max

Dirección de arte: Alex Cameron, Anthony Caron-Delion, Peter Homes, Paul Inglis, John King, Adam O´Neill y Karen Wakefield

Efectos especiales: Weta Digital, fx3x, Fuel VFX, Halon Entertainment, Luma Pictures, The Moving Picture Company, Lola Visual Effects, Company 3, Rising Sun Pictures, Invisible Effects, Prologue, Hammerhead Productions, Plowman Craven Associates, FB-FX, LifecastReelEye Company, Special Eye Effects y The Visual Effects Company

Protagonistas: Noomi Rapace (Elizabeth Shaw), Michael Fassbender (David), Charlize Theron (Meredith Vickers). Idris Elba (Janek), Guy Pearce (Peter Weyland), Logan Marshall-Green (Charlie Holloway), Sean Harris (Fifield), Rafe Spall (Millburn), Emun Elliott (Chance), Benedict Wong (Ravel), Kate Dickie (Ford), Patrick Wilson (padre de E. Shaw) y Lucy Hutchinson (E. Shawn de joven)

Duración: 124 minutos

En el año 2089, la arqueóloga Elizabeth Shaw descubre que en varios puntos del planeta se encuentran las inequívocas señales de visitas extraterrestres en un remoto pasado, llegando incluso a la conclusión de que estos seres han sido los artífices de nuestra existencia sobre el planeta.

Alentada por ello, la Corporación Weyland reunirá los fondos necesarios para poder llegar al planeta en donde se encuentra la poderosa raza alienígena a la que han denominado Los Ingenieros.

El objetivo de la astronave Prometheus es poder llegar a la luna conocida como LV-223, que se halla situada en un muy lejano sistema solar. Una vez llegados allí, la doctora Shaw tendrá la oportunidad de encontrar las respuestas a sus interrogantes sobre la existencia del hombre sobre el planeta Tierra. 

Pero lo que terminará descubriendo no será lo que había imaginado. El temor generado por esa terrible revelación, junto a las oscuras maquinaciones de la compañía que ha financiado todo, transformarán un viaje de exploración y descubrimiento en una peligrosa y mortal aventura.

Cuando en el año 2011 nos enteramos de que el genial director ingles Ridley Scott iba a filmar una precuela de la super exitosa Alien el Octavo Pasajero, sentimos que la vida sobre nuestro planeta por fin comenzaba a tener sentido.

¡Ridley Scott volvía, luego de muchos años, a la ciencia ficción!

Durante ese año, y el que vendría, Internet se encargó de mostrarnos una serie de trailers, falsas propagandas de la Corporación Weyland y unos cortos llamados virales, que se encargaron de alimentar las expectativas de todos los fans. 

Apoyado por esa vasta campaña mediática, la idea de la precuela dio un brusco un giro hacia un nuevo concepto argumental, que intentaría alejarla de su predecesora y, de paso, crear un nuevo universo fantástico.

La película sería conocida con el nombre de Prometheus y, en la Argentina, fue estrenada el 14 de junio de este año en gran cantidad de salas cinematográficas y en increíble 3D.

A pesar de todo lo dicho durante todo ese tiempo por el director y sus allegados, Prometheus no es una película independiente de Alien el Octavo Pasajero

Su impronta genética puede observarse a lo largo de todo el film. Está en parte de la música incidental, en la ambientación, en la pirámide y en la nave enterrada, en el piloto extraterrestre… y, por supuesto, en los monstruos que nos presenta.

Prometheus respira Alien por cada uno de sus poros  y cada escena que se va sucediendo nos va acercando de manera indefectible hacia la tan esperada precuela que aparentemente no querían hacer.

A su vez, en una especie de extraña contradicción, Prometheus no es Alien y está muy lejos de serlo. Pero, antes que alguno de ustedes piense que estoy loco y no sé de que estoy hablando, déjenme explicarles algo.

En mi vida de ávido consumidor de películas de ciencia ficción, hubo cinco producciones cinematográficas que marcaron de manera indeleble mi manera de ver esta temática.

La primera fue 2001, Una Odisea Espacial (Stanley Kubrik -1968-) la cual me hizo creer que un futuro grandioso podía ser posible.

Otra fue Blade Runner (Ridley Scott -1982-) en donde se me mostró otro futuro, terrible e incluso más probable que el anterior.

La tercera fue La Guerra de las Galaxias (George Lucas -1978-), que se encargó de gritarme:- “¡La imaginación no tiene límites!

Tampoco puedo dejar de lado a The Matrix (Andy y Larry Wachowski -1999-) cuyo mundo virtual trastocó mi percepción de lo que era real y lo que no.

La última, pero no por eso la menos importante, fue Alien el Octavo Pasajero (Ridley Scott -1979-). Su estética visual y su clima de horror gótico alimentaron ese miedo primigenio de anida en el alma de todo ser humano. Cuando la vi, supe por fin que el terror podía no llegar a tener una forma definitiva.
Prometheus, a pesar del gran presupuesto con el que contó y de sus increíbles efectos especiales, no logró nada de eso. No digo que sea una mala película, todo lo contrario, pero no es más que una buen film de ciencia ficción como tantos otros que han venido estrenando a lo largo de estos últimos 10 años. 

No es ni de lejos un punto de inflexión… o algo que me haya marcado. Prometheus no aporta nada nuevo. En ningún momento encendió mi interés más allá de un mero entretenimiento de fin de semana.

Llevo muchos años viendo películas de ciencia ficción (quizá demasiados). He visto glorias como Metrópolis, El Día que Paralizaron la Tierra o La Invasión de los Usurpadores de Cuerpos y porquerías como Fantasmas de Marte o las remakes modernas de películas viejas como El Planeta de los Simios o La Máquina del Tiempo. He visto El Viaje a la Luna de Mèliés y El Planeta Prohibido. Me he asombrado ante monstruos como los que aparecían en La Cosa de John Carpenter o Depredador y me reí de los extraterrestres de la década del 50. Invasiones tan ridículas como Plan 9 del Espacio Sideral o tan increíbles como La Tierra vs. Los Platos Voladores o La Guerra de los Mundos deleitaron mi afiebrada imaginación.

… y es por eso que te puedo asegurar que Prometheus no aporta nada nuevo a la ya vasta mitología fantástica. Tan solo es más de lo mismo, presentando únicamente un lindo envoltorio de excelentes efectos especiales.
Los protagonistas carecen del carisma necesario para hacerlos interesantes, incluso Charlize Theron que emula a una mala al mejor estilo Dallas o Dinastía,  y les es imposible poder competir con personajes tan arquetípicos como Ash, Kane, Dallas, Brett o la mismísima Ripley. Ni siquiera se pueden acercar a Bishop, Vázquez u otro de los protagonistas de Aliens el Regreso.

El guión de Prometheus es pretencioso, tratando de abarcar un megaevento de carácter cósmico que a veces parece quedarle un poco grande y no ayuda para nada al desarrollo del film.

El director y los guionistas, quizá apremiados la figura mítica que había alcanzado la exitosa Alien, terminaron transformándola en una suerte de pastiche entre esta y Aliens el Regreso

Al tratar de alejarse de los conceptos presentes en el film de 1979, con el fin de construir un nuevo universo en donde no se nombrara el tan temido concepto de precuela (que definitivamente lo es), el guión se torna confuso y algo reiterativo. 

Incluso, se dieron el lujo de tomar prestadas algunas ideas de otras películas... y cito como ejemplo el tema de las razas extraterrestres superiores que crean a los seres humanos para propósitos poco claros (ya visto en la mítica 2001, Una odisea espacial) o la presencia de seres vivos mutados en tentaculares monstruos multiformes (La Cosa de John Carpenter). 
Cuando Ridley Scott dirigió Alien a finales de la década del 70, contaba con un presupuesto bastante escaso que lo obligó a agudizar su ingenio creativo con el fin de aprovechar cada dólar que le fue entregado.

 Ello lo llevó a crear climas oscuros que suplieran los fallos presentes en algunos de los efectos especiales sugiriendo, más que mostrando, a un monstruo apenas entrevisto. El resto lo dejaba librado a la imaginación y a los miedos de los espectadores que asistían a las salas de cine.
En esta oportunidad, Scott tuvo a su disposición mucho más dinero y tecnología de la desarrollada 33 años atrás. Devenido en un director acreditado, su idea de volver a las fuentes que lo habían hecho famoso fue recibida con gran entusiasmo. Pero muchas veces el poder disponer de una gran cantidad de dinero no siempre implica que tengas buenas ideas y, para mi pobre visión, la gran falla de Prometheus es justamente eso… carece totalmente de nuevas y atrevidas ideas.

A pesar de todos estos inconvenientes, el film se deja ver con agrado tanto por las viejas como por las nuevas generaciones que han sabido alimentarse del mito que Alien nos ha legado. 

A nivel visual me queda decir que, por primeras vez, pude ver un 3D con personas reales que funciona muy bien y que no se transforma en un ancla tecnológica, como me sucedió cuando fui a ver Thor o la última de Los Piratas del Caribe.

¿Promesas cumplidas? No lo sé. Tan solo el tiempo y ustedes, queridos amigos, tienen la potestad de decidir si Prometheus pueda llegar a verse transformado en uno de los grandes hitos de la historia del cine de ciencia ficción.