La humanidad siempre ha sentido la oscura y morbosa
fascinación por tratar de conocer el futuro que le está esperando a nuestro
querido planeta Tierra. A lo largo de su existencia siempre se ha visto acosado por las mismas preguntas…
¿Acabaremos abrasados por el fuego purificador del hongo
atómico? O, por el contrario, ¿Tan solo nos apagaremos, cual si fuera la llama de
una vela, víctimas de una oscura enfermedad creada en algún desconocido
laboratorio?
Tanto en los textos religiosos de las diferentes
culturas, como en los mitos o las crípticas palabras de los profetas se hace
mención de un gran cambio en un futuro más o menos cercano. Una suerte de
inflexión en el destino de la humanidad, que quizá termine conduciéndonos hacia
la extinción, el olvido y la destrucción de todo lo que conocemos o, por el
contrario, al inicio de un futuro de gloriosa esperanza en la que nos veremos
colocados por encima de las mezquindades que nos han precedido.
Aun no sabemos, aunque nos aboquemos a ingentes esfuerzos
por lograrlo, cual será el camino ni el momento en que se producirá ese cambio.
Quizá, incluso, ya estemos sumergidos en él y todavía nos está vedado el poder
darnos cuenta de ello.
… y así, únicamente, tan solo nos queda esperar
temerosos y fascinados el tiempo en que los vaticinios se vean cumplidos.
Prueba de esa afición del hombre por su porvenir puede
hallarse en las obras literarias, especialmente en el género de la ciencia
ficción, en donde sus autores nos han descrito mundos post atómicos,
civilizaciones poseedoras de una fría tecnología en la que el hombre es un
simple engranaje o historias de un planeta totalmente contaminado, decadente y
violento.
El cine también transitó por ese sendero oscuro una y mil
veces casi desde sus inicios. Entre la multitud de producciones de esta
temática podemos nombrar:- Lo que Vendrá (Thing to Come -1936-), The Day World
Ended (1950), World, The Flesh and the Devil (1959), Pánico en el año Cero
(Panic in the Year Zero -1962-), La Máquina del Tiempo (The Time Machine
-1960-), El Planeta de los Simios (The Planet of the Apes -1968-), Cuando el
Destino nos Alcance (Soylent Green -1973-), Fuga en el Siglo 23 (Logan´s Run
-1976-), Blade Runner (1982) y Doce Monos (Twelve Monkeys -1996-), a las que se
suma un larguísimo etcétera.
En todas ellas, el futuro que nos presentan es terriblemente
sombrío, desolador e inevitable.
Por supuesto, esta notable atracción también llegó al
mundo de los comics de superhéroes. A los comicadictos siempre nos gustó
imaginar lo que podría llegar a pasarles a nuestros personajes favoritos en un
futuro más o menos cercano…
¿Serán aun valientes héroes o se habrán transformado en
crueles villanos?
¿Habrán muerto sus seres queridos… o se habrán casado y
tenido una descendencia que hubiera seguido sus pasos?
¿Habrán perdido sus increíbles poderes o serán asesinados
por algún salvaje villano?
Muchos han sido los guionistas y dibujantes que se
abocaron a esta rentable premisa argumental pero hubo uno que logró trascender
la media general, transformando su obra en parte de la iconografía comiquera de
finales del siglo XX.
Esa obra fue Batman, El Regreso del Señor de la Noche y
su creador fue Frank Miller.
Luego de los sucesos acontecidos en la maxiserie
de 12 números conocida como Crisis en las Tierras Infinitas (Crisis on Infinite
Earths -1985-), la Editorial DC propuso a diferentes autores a que se
encargaran de remozar a los principales héroes de la casa.
Superman cayó en manos del canadiense John Byrne, el cual
nos trajo a un nuevo y esta vez único hijo de Krypton, menos poderoso que su
antecesor pero a la vez más humano y más deseoso de ser Clark Kent que el
hombre de acero.
Al multifacético George Pérez se le encargó revivir a
Wonder Woman, el cual la transformó en una guerrera amazona que estaba estrechamente relacionada con la mitología griega y su panteón de dioses.
Pero fue Frank Miller el encargado de dar vuelta el
tablero superheroico al escribir y dibujar a un nuevo Batman post crisis, el
cual fue mucho más allá de lo esperado por los editores que lo habían
contratado. Junto a Klaus Janson (entintado) y Lynn Varley (color) crearía una
novela gráfica de tal calidad que le permitiría a la DC encumbrarse por encima
del resto de las editoriales, gracias a la calidad el material presentado.
Posteriormente, su fama se acrecentaría aun más con otras joyas del comic como Hard Boiled (1990), Give me Liberty (junto a Dave Gibbons en 1990), Sin City (1991) y 300 (relato gráfico de la Batalla de las Termópilas, publicado en 1998).
Muchos de los conceptos vertidos en las historias de Daredevil
se transformaron en los basamentos necesarios para la creación de la que quizá
haya sido una de sus obras más importantes, que se encargaría de ingresar al
mundo del comic en un periodo mucho más adulto e interesante.
Esta magnífica creación sentaría un precedente casi único
en su género y aun hoy, luego de transcurridos 26 años de su publicación,
conserva una solidez argumental que muy pocas historietas han logrado
equiparar.
Extrañamente, esta historia del nuevo Batman
trataría justamente sobre sus últimos días como justiciero enmascarado. Su
planteo argumental se mueve a varios niveles, con diversas historias que
se van amalgamando entre si a lo largo de los cuatro tomos que conforman esta magistral
novela gráfica.
La narración se centra en un cincuentón Bruce Wayne, ya
retirado de su vida como paladín de la justicia y amargado por las
circunstancias que han afectado su vida, el cual lamenta su perdido status de
héroe. A su alrededor, una decadente Ciudad Gótica se hunde en la desesperanza,
víctima de su propia corrupción y desidia.
Todo ese siniestro porvenir es suficiente razón como para
que el millonario vuelva a colocarse el manto del murciélago y así poder enfrentarse
a la creciente oscuridad que va envolviendo los destinos de la ciudad que tanto
ama.
Ese nefasto futuro al que deberá combatir estará
representado por viejos y nuevos enemigos, los cuales intentarán destruir de
una u otra forma lo que el hombre murciélago representa.
Dichas facciones estarán conformadas por Los Mutantes,
una banda de jóvenes confundidos y violentos que no tienen quien les marque un
rumbo determinado que permita canalizar sus frustraciones; Dos Caras, un
patético villano aparentemente recobrado para la sociedad gracias a una cirugía
estética de avanzada, la cual tan solo sirvió para cubrir con una fina capa de
civilización al monstruo que nunca había dejado de ser; un Joker más
enloquecido que nunca, cuyas terribles acciones están catalizadas por el
regreso del señor de la noche, y un fascista gobierno de los EEUU, representado
por un estrambótico personaje parecido al ex presidente Ronald Reagan y su
lacayo: un eternamente joven y poderoso Superman, que ven en Batman un
potencial peligro hacia las instituciones que pretenden defender.
La apocalíptica batalla final entre los dos grandes héroes, en la que el hombre de acero se llevará la peor parte, abrirá la puerta hacia
un posible futuro prometedor. Escondido en las profundidades de la baticueva, y
junto a un grupo de jóvenes, sentará los basamentos de una nueva y mejor
sociedad.
El omnipresente poder de los medios televisivos. La insidiosa corrupción política. Las ansias por obtener el poder absoluto. La violencia desenfrenada. La decadencia de los valores morales. El oscuro porvenir de la juventud. La locura. Sin duda alguna, El Regreso del Señor de la Noche es un
material de lectura casi obligatoria para todos aquellos que aman a los comics
e, incluso, a aquellos que ven con cierto desprecio lo que consideran un género
menor pasible de ser consumido por los niños o gente con cierto grado de inmadurez.
Con un sentido netamente comercial, en 2002, el
mismo grupo autoral y la DC sacaron a la venta Batman: The Dark Knight Strike
Again. La misma se sitúa cronológicamente a 3 años de la anterior historia, con
un Bruce Wayne en franca lucha contra gobiernos corruptos y el mismísimo Superman. Esta
nueva publicación no obtuvo tantas buenas críticas como se esperaba, ya que
tanto el guión como el dibujo no estuvieron a la altura de su predecesora.
Batman El Regreso del Señor de la Noche nos presenta un oscuro futuro sobre un héroe netamente oscuro en su forma de accionar. A lo
largo de los 26 años de su publicación, muchas cosas han cambiado en nuestro
planeta pero las premisas argumentales presentes en esta obra aun permanecen
vigentes para aquellos que han tenido la oportunidad de apreciarlos.
Pues ese futuro podría llegar a ser el nuestro… y no es precisamente una
maravilla.
El ser humano siempre ha sentido una gran fascinación por
saber algo sobre el oscuro y caótico porvenir que nos espera. Siempre nos gustó
tratar de averiguar sobre lo malo que puede estar llegando a nuestras vidas,
pues…
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