¿ENEMIGO MIO?
“No es solo que Batman y Superman estén juntos. Es épico. Te da el sentido de la iconografía cuando estás ahí, viendo a los dos y a Wonder Woman. Es una locura. Pero es divertido. Tengo la primera foto en la pared de mi oficina, y es épica.”
FICHA TECNICA
BATMAN V SUPERMAN: DAWN OF JUSTICE (2016-Warner Bros., Atlas Entertainment, DC Comics, DC Entertainment y RatPac-Dune Entertainment)
Dirección: Zack Snyder
Producción: Wesley Coller, David S. Goyer, Geoff Johns, Curt Kanemoto, Benjamin Melniker, Bruce Moriarty, Christopher Nolan, Charles Roven, Jim Rowe, Deborah Snyder, Emma Thomas, Michael Uslan y Gregor Wilson.
Guión: Chris Terrio y David S. Goyer (basado en personajes creados por Jerry Siegel, Joe Shuster, Bob Kane y Bill Finger).
Música: Junkie XL y Hans Zimmer.
Fotografía: Larry Fong.
Diseño de producción: Patrick Tatopoulos.
Dirección de arte: Patricio M. Farrell, Lorin Flemming, Beat Frutiger, Gregory S. Hooper, Kevin Ishioka y Troy Sizemore.
Efectos especiales: Weta Digital, 4DMax, Double Negative, Gener8 3D, Moving Picture Company, Perception, Scanline VFX, Shade VFX, Tyrrell FX & Reantals, 1 Force, Chapman/Leonard Studio Equipment y Company 3.
Protagonistas: Henry Cavill (Clark Kent/Superman), Ben Affleck (Bruce Wayne/Batman), Amy Adams (Lois Lane), Jesse Eisenberg (Lex Luthor), Diane Lane (Martha Kent), Laurence Fishburne (Perry White), Jeremy Irons (Alfred), Holly Hunter (Senador Finch), Gal Gadot (Diana Prince/Wonder Woman), Michael Shannon (Zod), Kevin Costner (Jonathan Kent), Michael Cassidy (Jimmy Olsen), Jason Momoa (Aquaman), Ezra Miller (Flash), Ray Fisher (Cyborg), Scoot McNairy, Callan Mulvey, Tao Okamoto y Brandon Spink.
Duración: 151 minutos.
Resulta evidente que el gran éxito obtenido por el universo DC desde sus inicios se apoya en dos poderosos pilares fundacionales que, extrañamente, representan las dos caras de una misma moneda.
Uno de ellos es Superman, el primer superhéroe que hizo su aparición en los comics allá por 1938, un ser extraterrestre de un planeta extinto que se vio convertido en un representante del futuro, la luz y la justicia.
El otro es Batman, un simple ser humano que, nacido un par de años más tarde en la revista Detective Comics, se verá transformado en un oscuro justiciero y representante de la noche misma.
La luz y la oscuridad actuando por un mismo bien común… la justicia.
Esta extraña dicotomía heroica atrajo de manera inmediata a los lectores, que veía en ellos las cabales representaciones de los sentimientos que anidan dentro de todos nosotros. Todos quisiéramos ser Batman. Todos quisiéramos ser Superman.
A lo largo de los años, estos dos personajes han sufrido diferentes cambios, los cuales estuvieron acotados a los tiempos y circunstancias que les fueron tocando en suerte.
En el caso del hombre de acero, sus primeras historias que fueron publicadas en las revistas Action Comics y Superman nos mostraban a un personaje de cuestionable moralidad que utilizaba sus inmensos poderes para defender al débil y al oprimido. Para lograr su cometido no se valía únicamente de esas increíbles habilidades sino que más de una vez recurría al engaño y el robo a fin de poder triunfar en su gesta heroica.
Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, las crecientes censuras impuestas a los comics y el nacimiento de la inolvidable Edad de Plata, Superman se vio transformado en una inequívoca representación del bien en toda su pureza y perfección. Los códigos morales del hijo de Krypton habían cambiado de manera radical y lo habían transformado en una suerte de embajador sin cartera del espíritu libertario del pueblo estadounidense.
El caso de Batman también sufrió diferentes transformaciones a lo largo de su carrera heroica. Marcado por la muerte de sus padres a manos de un inescrupuloso ladrón, el hombre murciélago se verá convertido en un severo y oscuro justiciero que se ampara en las sombras de la noche y en el miedo de los bandidos para poder llevar a cabo su gesta de venganza sobre aquellos que desean la destrucción del sistema establecido.
Tal como le sucedió con el hombre de acero, los cambios producidos durante la post guerra y la década del 60 (con la serie televisiva de Batman a la cabeza) se encargaron de ablandar esa oscura presencia y fue así como se vio transformado en un personaje más afín con aquellos individuos a los cuales defendía.
En esos tiempos de maravilla, ya que ellos fueron los de mi infancia, Batman y Superman, a los que se sumaba Robin el joven maravilla, eran amigos incondicionales y aliados en la lucha contra el crimen. Desde su primer encuentro en Superman # 76 (5-6/1952), una y otra vez estos dos héroes unían sus fuerzas con el fin de enfrentarse a los estrafalarios villanos que, como mínimo, deseaban la dominación mundial.
Inexplicables viajes en el tiempo… peligrosas aventuras en otros planetas… excitantes historias imaginarias… maquiavélicos planes. Todas estas eventualidades se encargaron de afianzar esa gran amistad, a pesar de las notables diferencias que existía entre ellos.
Pero llegó la catastrófica maxiserie conocida como Crisis en las Tierras Infinitas (1985) y todo eso se fue al carajo cuando el universo en el cual estos dos héroes habían vivido sus aventuras se reestructuró de manera definitiva… entre ellos la amistad entre el hombre murciélago y el último hijo de Krypton.
Todo dio inicio debido a una supuesta historia imaginaria que fue conocida como Dark Knight Return, la cual fue escrita y dibujada en 1986 por Frank Miller. En esa suerte de futuro cercano, un retirado, viejo y cansado Bruce Wayne deberá retomar el manto del murciélago con el fin de impartir su muy particular justicia en una corrupta Ciudad Gótica.
Dicha gesta lo llevará a enfrentarse a bandas de jóvenes violentos conocidos como Mutantes, un Joker enloquecido y al gobierno que no ve con buenos ojos lo que consideran un símbolo de la anarquía. Obligado por su deber para con el presidente en funciones, un eternamente joven y poderoso Superman deberá enfrentarse con quien otrora fuera su mejor e incondicional amigo.
La semilla de la enemistad había sido plantada y, para bien o para mal, otros creadores tomaron como premisa ese concepto. John Byrne y su Man of Steel (1986) y Kingdom Come (1996) de Mark Waid y Alex Ross son los ejemplos más cabales de ese nuevo camino que había sido tomado.
El gran enfrentamiento entre estas dos fuerzas, tan iguales en sus motivaciones y tan diferentes en sus maneras de llevarlas a cabo, siempre ha ejercido una poderosa fascinación entre los lectores, los cuales han defendido con ahínco una y otra posición a la hora de tomar partido.
¿Podrá Batman, un ser humano disfrazado como un murciélago, hacerle frente a un ser extraterrestre que posee los atributos de un dios?
¿Es posible que la tecnología terrestre y el ingenio de un hombre pueda oponerse a esos inmensos poderes?
Estos han sido los grandes interrogantes que más de un fan ha debatido a lo largo de estos últimos años.
Hollywood, que no ha permanecido ajeno al tema de los superhéroes y se ha encargado de ofrecernos, merced a la utilización de increíbles efectos especiales, una serie de films que se encargaron de llevar a la imagen real a muchos personajes que viven sus aventuras en el vasto universo existente en las coloridas páginas de los comics.
Mientras la Marvel se llena los bolsillos con Avengers, Thor, Capitán América, Spider-Man, X-Men, Deadpool y Guardianes de la Galaxia, creando un mundo afín a al espíritu que Jack Kirby y Stan Lee habían soñado allá por la década del 60, la DC Comics se puso a realizar una serie de producciones de corte más adulto pero que terminarían dejándonos algo insatisfechos.
Ya fuera porque tuvo gusto a poco, como la trilogía de Batman de Christopher Nolan (de la cual hubiéramos querido más) o porque simplemente eran muy malos, y cito Green Lantern (2011-Martin Campbell) y Superman Return (2006-Bryan Singer), no tenemos la menor duda que Marvel estaba pisoteando alegremente a su eterno rival.
Pero la Editorial DC todavía se sentía más que dispuesta a dar batalla.
En junio del 2013 fue estrenada una nueva producción que sería conocida como Man of Steel, la cual fue dirigida por Zack Snyder, en cuyo haber podemos nombrar El Amanecer de los Muertos (2004), 300 (2007) y Watchmen (2009).
En la misma nos muestran una nueva versión de Superman, el cual se alejaba enormemente del maravilloso kryptoniano que fuera interpretado por el recordado Christopher Reeve. El mismo era un Superman más afín al siglo XXI, más duro en sus maneras de impartir justicia, un detalle que de cierta forma lo alejaba de la humanidad a la cual juró proteger.
Si bien este film tuvo un éxito bastante notable, los directivos de la Warner deseaban dar un gran paso hacia una eventual integración de todo el universo DC a fin de poderlo transformar en una rentable franquicia comercial que agrupara a buena parte de los superhéroes de la casa y asegurar un futuro estreno de un film sobre la Liga de la Justicia.
El primer paso fue el tratar de unir en una sola película a los dos mayores representantes de esta editorial y la pregunta fue… ¿Cómo aliados o rivales? Por supuesto todos ustedes ya saben la respuesta pues… ¿Qué tiene de divertido el que sean grandes amigos?
Extrañamente, la primera mención de esta épica batalla se dio en el insoportable film post-apocalíptico conocido como Soy Leyenda (I am Legend-2008). En una de las escenas del mismo, en la cual Will Smith recorre una desolada ciudad de Nueva York, todos pudimos ver con sorpresa un cartel publicitario en donde se anuncia el inminente estreno de Batman-Superman.
¿Profecía o casualidad? Eso no lo sabemos a ciencia cierta, pero esa pequeña escena se vio transformada con los años en una incuestionable realidad.
Luego del terrible enfrentamiento entre Superman y el general Zod, en la cual la ciudad de Metropolis se llevó la peor parte, Bruce Wayne no puede dejar de ver con malos ojos los omnipotentes poderes que posee el hombre de acero, algo que lo transforma en una peligrosa presencia deifica que podría amenazar el futuro de la humanidad. Es por ello que pondrá todo de sí para que su alter ego Batman pueda detener esta potencial amenaza de origen extraterrestre.
Con esta premisa argumental, desarrollada por los guionistas Chris Terrio (Argo), David S. Goyer (The Crow; City of Angels, Dark City, la trilogía de Blade, la trilogía de Batman, Godzilla 2014 y la serie Da Vinci´s Demons) y el director Zack Snyder, comenzó a gestarse la producción cinematográfica largamente esperada.
En un principio la Warner había anunciado que la misma iba a ser una secuela directa de la película anterior, pero finalmente el propio Snyder, en la San Diego Comic-Com del 2014, anunció que en la misma se contaría el enfrentamiento entre ambos superhéroes. Si bien se dijo que dicha historia no estaba relacionada con la obra de Miller nombrada más arriba, es más que evidente que la misma sirvió de inspiración para el desarrollo de esta producción.
Además del casting original que hizo su aparición en Man of Steel, podemos nombrar a Gal Gadot en el papel de la princesa amazona Wonder Woman, Jesse Eisenberg como el inescrupuloso Lex Luthor y nada menos que Ben Affleck en el papel del enigmático hombre murciélago.
En un principio resistido por casi todo el mundo que lo había visto fracasar como Daredevil varios años atrás, Affleck enfrentó con gran entereza el desafío de ponerse la capa de héroe de Ciudad Gótica y poco a poco fue ganándose el favor de todos… incluso la de aquellos que amamos entrañablemente al hombre de acero por sobre el quiróptero humano de Ciudad Gótica.
“Zack me mostró esta idea de un Batman más mayor, roto y totalmente fastidiado- Comentó el actor con respecto a su interpretación- Es algo que no hemos visto antes. Sí que hemos visto a Batman hacer lo que sea para proteger a la gente, esa faceta de vigilante sigue presente a la vez que lo enfrentamos con alguien tan potencialmente mortal como Superman.
“Generalmente, las películas muestran a Batman empezando o en el comienzo de su carrera. Aquí estamos lidiando con una versión más madura, un tipo al final de su viaje. Encontrará un nuevo significado a su propia vida durante su conflicto con Superman.”
Con el más que evidente fin de cebarnos aun más, en unas pocas escenas nos son mostrados nada menos que a Flash (Ezra Miller), Cyborg (Ray Fisher) y Aquaman (Jason Momoa), dándonos a entender las intenciones que tienen los productores de tratar de agrupar la mayor cantidad de héroes posibles en un futuro más o menos cercano, con el fin de combatir una amenaza que fuera vaticinada por un tal Jack Kirby unos cuantos años atrás (¡Je!).
El rodaje del film dio inicio en octubre de 2013 y duró alrededor de 140 días de duro trabajo por parte del equipo técnico y los actores. Los mismos debieron trabajar en diferentes locaciones, entre las que podemos nombrar East Los Ángeles College, Detroit, Chicago, Illinois y Nuevo México. La dirección de fotografía corrió por cuenta de Larry Fong, quien ya había colaborado con Snyder en 300, Watchmen y Sucker Punch.
El diseño de vestuario estuvo a cargo de Michael Wilkinson (American Hustle) quien se encargó de rediseñar el traje de Superman y crear los trajes de Batman (entre ellos la armadura) y de la voluptuosa Mujer Maravilla. Para muchas de las escenas en las que aparece la armadura de batalla se utilizó CGI con el fin de darle más agilidad a los movimientos del personaje.
El diseñador de producción Patrick Tatopoulos (Yo, Robot, Las Crónicas de Riddick, E Día de la Independencia, Stargate y Alien vs. Depredador) fue quien desarrolló toda la “batiparafernalia tecnológica” entre los que se destaca el Batmovil, una especie de “tanque formula 1” de aspecto duro y con marcas de las batallas pasadas que fueron llevadas a cabo por el vigilante de Gotham City.
Tal como sucedió en Man of Steel, Hans Zimmer fue el encargado de realizar la banda sonora, al que se agregó la colaboración de Junkie XL que hizo la música incidental en las escenas en las cuales Batman hacía su aparición .
Como era de esperar, la cada vez más importante empresa Weta Digital, quien estuviera implicado en grandes films de la talla de Las trilogías del Señor de los Anillos y El Hobbit, Deadpool, El Origen del Planeta de los Simios, Avatar, 30 Días de Noche y Yo, Robot, fue quien tuvo la oportunidad de realizar la mayor parte de los efectos especiales implicados en las escenas de acción.
Luego de una "largiiiisima" espera e innumerable cantidad de trailers y spots publicitarios que casi nos cuentan toda la película, Batman V Superman: Dawn of the Justice finalmente fue estrenado a fines de marzo de este año.
¿Cómo hablar de una película sin dar el menor spoiler que haga que los lectores de este blog quieran asesinarme? La tarea es difícil, sobre todo para alguien que ama entrañablemente el universo DC… ¡Pero allá vamos!
Si dijera que la película es maravillosa les estaría mintiendo, pero si dijera que es mala también les estaría faltando totalmente a la verdad. Tal como sucede con Superman y Batman, el film es una moneda con dos caras.
A diferencia de las producciones con los héroes de la Marvel, en donde el dramatismo se equilibra con ciertas dosis de humor, Batman V Superman: Dawn of Justice es una película totalmente oscura. No existen momentos alegres y los personajes se hallan abrumados por la amargura y el desconsuelo, sentimientos que los llevan a enfrentarse entre si ya que no pueden ver el lado bueno que se halla implícito en sus causas.
Lamentablemente todo esa carga psicológica es una pesada rémora para el desarrollo de la historia, llevándonos por una serie de tortuosos vericuetos en donde se dan una serie de diálogos algo vacíos de contenido y que alargan innecesariamente la duración del film.
A pesar de ser un buen director en lo referente al manejo visual de las escenas de acción, Zack Snyder no es una persona muy ducha cuando le toca filmar las existencias cotidianas de los personajes, sobre todo los secundarios, a los cuales se los ve bastante acartonados y unidimensionales.
En lo que a mí respecta, una de las mejores interpretaciones es la de Jeremy Irons encarnando el papel de un poco servicial, irónico y desalineado Alfred. Tanto Henry Cavill como Ben Affleck desempeñan sus roles con gran profesionalismo y son los indiscutidos héroes de la saga. Tampoco desentona en lo absoluto la rivalidad existente entre ambos, nacida a expensas de las maquinaciones urdidas desde las sombras con el fin de destruir todo lo que ellos representan.
Lamentablemente, el papel más flojo es el correspondiente a Jesse Eisenberg y su más que extraña interpretación del científico mega-millonario Lex Luthor. El mismo parece una amalgama entre el Luthor pre y post-crisis con la insana locura del Joker, una composición actoral que no me termina de convencer en lo absoluto.
Si bien nuestra capacidad de maravillarnos ya ha sido sobrepasada hace varios años, debo destacar los cuidados efectos especiales que fueron utilizados a lo largo del film, gracias a los buenos quehaceres de Weta Digital y otras compañias de igual importancia en el medio, sobre todo en las escenas de confrontación entre ambos héroes y su pelea final contra la poderosa criatura kryptoniana conocida como Doomsday, en donde se incluye la aparición de la misteriosa Wonder Woman.
A pesar de sus fallos argumentales, el hecho de haber tomado prestadas ideas de varios comics como Dark Knight Return, The Death of Superman, La saga del Cuarto Mundo e incluso Crisis en las Tierras Infinitas hace que Batman V Superman: El Origen de la Justicia pueda ser disfrutada en su totalidad (sobre todo en la pantalla grande y a todo volumen) destacándose por sobre todas las cosas el final abierto que se encarga de indicarnos que el tanden DC/Warner va a ir por más en los años venideros.
La gran virtud de este film, aparte de los excelentes efectos especiales y el enfrentamiento largamente esperado, es que sirve como piedra basal para una futura expansión del Universo DC, con producciones como Wonder Woman, Aquaman, El Escuadrón Suicida y la más que esperada Justice League.
¿Podrá la filmografía heroica de DC derrotar a los futuros tanques que se vienen del lado de la Marvel, como lo serán Capitán America: Guerra Civil, X-Men: Apocalipsis o Avengers: La Guerra del Infinito? El tiempo lo dirá… yo tan solo les puedo dar fe que los fans vamos a estar de parabienes con esta aguerrida y feroz competencia.
¡Ah, me olvidaba! No se queden al pedo hasta el final de los títulos… no aparecen ni Spiderman ni Deadpool.
“No es solo que Batman y Superman estén juntos. Es épico. Te da el sentido de la iconografía cuando estás ahí, viendo a los dos y a Wonder Woman. Es una locura. Pero es divertido. Tengo la primera foto en la pared de mi oficina, y es épica.”
Zack Snyder
FICHA TECNICA
BATMAN V SUPERMAN: DAWN OF JUSTICE (2016-Warner Bros., Atlas Entertainment, DC Comics, DC Entertainment y RatPac-Dune Entertainment)
Dirección: Zack Snyder
Producción: Wesley Coller, David S. Goyer, Geoff Johns, Curt Kanemoto, Benjamin Melniker, Bruce Moriarty, Christopher Nolan, Charles Roven, Jim Rowe, Deborah Snyder, Emma Thomas, Michael Uslan y Gregor Wilson.
Guión: Chris Terrio y David S. Goyer (basado en personajes creados por Jerry Siegel, Joe Shuster, Bob Kane y Bill Finger).
Música: Junkie XL y Hans Zimmer.
Fotografía: Larry Fong.
Diseño de producción: Patrick Tatopoulos.
Dirección de arte: Patricio M. Farrell, Lorin Flemming, Beat Frutiger, Gregory S. Hooper, Kevin Ishioka y Troy Sizemore.
Efectos especiales: Weta Digital, 4DMax, Double Negative, Gener8 3D, Moving Picture Company, Perception, Scanline VFX, Shade VFX, Tyrrell FX & Reantals, 1 Force, Chapman/Leonard Studio Equipment y Company 3.
Protagonistas: Henry Cavill (Clark Kent/Superman), Ben Affleck (Bruce Wayne/Batman), Amy Adams (Lois Lane), Jesse Eisenberg (Lex Luthor), Diane Lane (Martha Kent), Laurence Fishburne (Perry White), Jeremy Irons (Alfred), Holly Hunter (Senador Finch), Gal Gadot (Diana Prince/Wonder Woman), Michael Shannon (Zod), Kevin Costner (Jonathan Kent), Michael Cassidy (Jimmy Olsen), Jason Momoa (Aquaman), Ezra Miller (Flash), Ray Fisher (Cyborg), Scoot McNairy, Callan Mulvey, Tao Okamoto y Brandon Spink.
Duración: 151 minutos.
Resulta evidente que el gran éxito obtenido por el universo DC desde sus inicios se apoya en dos poderosos pilares fundacionales que, extrañamente, representan las dos caras de una misma moneda.
Uno de ellos es Superman, el primer superhéroe que hizo su aparición en los comics allá por 1938, un ser extraterrestre de un planeta extinto que se vio convertido en un representante del futuro, la luz y la justicia.
El otro es Batman, un simple ser humano que, nacido un par de años más tarde en la revista Detective Comics, se verá transformado en un oscuro justiciero y representante de la noche misma.
La luz y la oscuridad actuando por un mismo bien común… la justicia.
Esta extraña dicotomía heroica atrajo de manera inmediata a los lectores, que veía en ellos las cabales representaciones de los sentimientos que anidan dentro de todos nosotros. Todos quisiéramos ser Batman. Todos quisiéramos ser Superman.
A lo largo de los años, estos dos personajes han sufrido diferentes cambios, los cuales estuvieron acotados a los tiempos y circunstancias que les fueron tocando en suerte.
En el caso del hombre de acero, sus primeras historias que fueron publicadas en las revistas Action Comics y Superman nos mostraban a un personaje de cuestionable moralidad que utilizaba sus inmensos poderes para defender al débil y al oprimido. Para lograr su cometido no se valía únicamente de esas increíbles habilidades sino que más de una vez recurría al engaño y el robo a fin de poder triunfar en su gesta heroica.
Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, las crecientes censuras impuestas a los comics y el nacimiento de la inolvidable Edad de Plata, Superman se vio transformado en una inequívoca representación del bien en toda su pureza y perfección. Los códigos morales del hijo de Krypton habían cambiado de manera radical y lo habían transformado en una suerte de embajador sin cartera del espíritu libertario del pueblo estadounidense.
El caso de Batman también sufrió diferentes transformaciones a lo largo de su carrera heroica. Marcado por la muerte de sus padres a manos de un inescrupuloso ladrón, el hombre murciélago se verá convertido en un severo y oscuro justiciero que se ampara en las sombras de la noche y en el miedo de los bandidos para poder llevar a cabo su gesta de venganza sobre aquellos que desean la destrucción del sistema establecido.
Tal como le sucedió con el hombre de acero, los cambios producidos durante la post guerra y la década del 60 (con la serie televisiva de Batman a la cabeza) se encargaron de ablandar esa oscura presencia y fue así como se vio transformado en un personaje más afín con aquellos individuos a los cuales defendía.
En esos tiempos de maravilla, ya que ellos fueron los de mi infancia, Batman y Superman, a los que se sumaba Robin el joven maravilla, eran amigos incondicionales y aliados en la lucha contra el crimen. Desde su primer encuentro en Superman # 76 (5-6/1952), una y otra vez estos dos héroes unían sus fuerzas con el fin de enfrentarse a los estrafalarios villanos que, como mínimo, deseaban la dominación mundial.
Inexplicables viajes en el tiempo… peligrosas aventuras en otros planetas… excitantes historias imaginarias… maquiavélicos planes. Todas estas eventualidades se encargaron de afianzar esa gran amistad, a pesar de las notables diferencias que existía entre ellos.
Pero llegó la catastrófica maxiserie conocida como Crisis en las Tierras Infinitas (1985) y todo eso se fue al carajo cuando el universo en el cual estos dos héroes habían vivido sus aventuras se reestructuró de manera definitiva… entre ellos la amistad entre el hombre murciélago y el último hijo de Krypton.
Todo dio inicio debido a una supuesta historia imaginaria que fue conocida como Dark Knight Return, la cual fue escrita y dibujada en 1986 por Frank Miller. En esa suerte de futuro cercano, un retirado, viejo y cansado Bruce Wayne deberá retomar el manto del murciélago con el fin de impartir su muy particular justicia en una corrupta Ciudad Gótica.
Dicha gesta lo llevará a enfrentarse a bandas de jóvenes violentos conocidos como Mutantes, un Joker enloquecido y al gobierno que no ve con buenos ojos lo que consideran un símbolo de la anarquía. Obligado por su deber para con el presidente en funciones, un eternamente joven y poderoso Superman deberá enfrentarse con quien otrora fuera su mejor e incondicional amigo.
La semilla de la enemistad había sido plantada y, para bien o para mal, otros creadores tomaron como premisa ese concepto. John Byrne y su Man of Steel (1986) y Kingdom Come (1996) de Mark Waid y Alex Ross son los ejemplos más cabales de ese nuevo camino que había sido tomado.
El gran enfrentamiento entre estas dos fuerzas, tan iguales en sus motivaciones y tan diferentes en sus maneras de llevarlas a cabo, siempre ha ejercido una poderosa fascinación entre los lectores, los cuales han defendido con ahínco una y otra posición a la hora de tomar partido.
¿Podrá Batman, un ser humano disfrazado como un murciélago, hacerle frente a un ser extraterrestre que posee los atributos de un dios?
¿Es posible que la tecnología terrestre y el ingenio de un hombre pueda oponerse a esos inmensos poderes?
Estos han sido los grandes interrogantes que más de un fan ha debatido a lo largo de estos últimos años.
Hollywood, que no ha permanecido ajeno al tema de los superhéroes y se ha encargado de ofrecernos, merced a la utilización de increíbles efectos especiales, una serie de films que se encargaron de llevar a la imagen real a muchos personajes que viven sus aventuras en el vasto universo existente en las coloridas páginas de los comics.
Mientras la Marvel se llena los bolsillos con Avengers, Thor, Capitán América, Spider-Man, X-Men, Deadpool y Guardianes de la Galaxia, creando un mundo afín a al espíritu que Jack Kirby y Stan Lee habían soñado allá por la década del 60, la DC Comics se puso a realizar una serie de producciones de corte más adulto pero que terminarían dejándonos algo insatisfechos.
Ya fuera porque tuvo gusto a poco, como la trilogía de Batman de Christopher Nolan (de la cual hubiéramos querido más) o porque simplemente eran muy malos, y cito Green Lantern (2011-Martin Campbell) y Superman Return (2006-Bryan Singer), no tenemos la menor duda que Marvel estaba pisoteando alegremente a su eterno rival.
Pero la Editorial DC todavía se sentía más que dispuesta a dar batalla.
En junio del 2013 fue estrenada una nueva producción que sería conocida como Man of Steel, la cual fue dirigida por Zack Snyder, en cuyo haber podemos nombrar El Amanecer de los Muertos (2004), 300 (2007) y Watchmen (2009).
En la misma nos muestran una nueva versión de Superman, el cual se alejaba enormemente del maravilloso kryptoniano que fuera interpretado por el recordado Christopher Reeve. El mismo era un Superman más afín al siglo XXI, más duro en sus maneras de impartir justicia, un detalle que de cierta forma lo alejaba de la humanidad a la cual juró proteger.
Si bien este film tuvo un éxito bastante notable, los directivos de la Warner deseaban dar un gran paso hacia una eventual integración de todo el universo DC a fin de poderlo transformar en una rentable franquicia comercial que agrupara a buena parte de los superhéroes de la casa y asegurar un futuro estreno de un film sobre la Liga de la Justicia.
El primer paso fue el tratar de unir en una sola película a los dos mayores representantes de esta editorial y la pregunta fue… ¿Cómo aliados o rivales? Por supuesto todos ustedes ya saben la respuesta pues… ¿Qué tiene de divertido el que sean grandes amigos?
¿Profecía o casualidad? Eso no lo sabemos a ciencia cierta, pero esa pequeña escena se vio transformada con los años en una incuestionable realidad.
Luego del terrible enfrentamiento entre Superman y el general Zod, en la cual la ciudad de Metropolis se llevó la peor parte, Bruce Wayne no puede dejar de ver con malos ojos los omnipotentes poderes que posee el hombre de acero, algo que lo transforma en una peligrosa presencia deifica que podría amenazar el futuro de la humanidad. Es por ello que pondrá todo de sí para que su alter ego Batman pueda detener esta potencial amenaza de origen extraterrestre.
Con esta premisa argumental, desarrollada por los guionistas Chris Terrio (Argo), David S. Goyer (The Crow; City of Angels, Dark City, la trilogía de Blade, la trilogía de Batman, Godzilla 2014 y la serie Da Vinci´s Demons) y el director Zack Snyder, comenzó a gestarse la producción cinematográfica largamente esperada.
En un principio la Warner había anunciado que la misma iba a ser una secuela directa de la película anterior, pero finalmente el propio Snyder, en la San Diego Comic-Com del 2014, anunció que en la misma se contaría el enfrentamiento entre ambos superhéroes. Si bien se dijo que dicha historia no estaba relacionada con la obra de Miller nombrada más arriba, es más que evidente que la misma sirvió de inspiración para el desarrollo de esta producción.
Además del casting original que hizo su aparición en Man of Steel, podemos nombrar a Gal Gadot en el papel de la princesa amazona Wonder Woman, Jesse Eisenberg como el inescrupuloso Lex Luthor y nada menos que Ben Affleck en el papel del enigmático hombre murciélago.
En un principio resistido por casi todo el mundo que lo había visto fracasar como Daredevil varios años atrás, Affleck enfrentó con gran entereza el desafío de ponerse la capa de héroe de Ciudad Gótica y poco a poco fue ganándose el favor de todos… incluso la de aquellos que amamos entrañablemente al hombre de acero por sobre el quiróptero humano de Ciudad Gótica.
“Zack me mostró esta idea de un Batman más mayor, roto y totalmente fastidiado- Comentó el actor con respecto a su interpretación- Es algo que no hemos visto antes. Sí que hemos visto a Batman hacer lo que sea para proteger a la gente, esa faceta de vigilante sigue presente a la vez que lo enfrentamos con alguien tan potencialmente mortal como Superman.
“Generalmente, las películas muestran a Batman empezando o en el comienzo de su carrera. Aquí estamos lidiando con una versión más madura, un tipo al final de su viaje. Encontrará un nuevo significado a su propia vida durante su conflicto con Superman.”
Con el más que evidente fin de cebarnos aun más, en unas pocas escenas nos son mostrados nada menos que a Flash (Ezra Miller), Cyborg (Ray Fisher) y Aquaman (Jason Momoa), dándonos a entender las intenciones que tienen los productores de tratar de agrupar la mayor cantidad de héroes posibles en un futuro más o menos cercano, con el fin de combatir una amenaza que fuera vaticinada por un tal Jack Kirby unos cuantos años atrás (¡Je!).
El rodaje del film dio inicio en octubre de 2013 y duró alrededor de 140 días de duro trabajo por parte del equipo técnico y los actores. Los mismos debieron trabajar en diferentes locaciones, entre las que podemos nombrar East Los Ángeles College, Detroit, Chicago, Illinois y Nuevo México. La dirección de fotografía corrió por cuenta de Larry Fong, quien ya había colaborado con Snyder en 300, Watchmen y Sucker Punch.
El diseño de vestuario estuvo a cargo de Michael Wilkinson (American Hustle) quien se encargó de rediseñar el traje de Superman y crear los trajes de Batman (entre ellos la armadura) y de la voluptuosa Mujer Maravilla. Para muchas de las escenas en las que aparece la armadura de batalla se utilizó CGI con el fin de darle más agilidad a los movimientos del personaje.
El diseñador de producción Patrick Tatopoulos (Yo, Robot, Las Crónicas de Riddick, E Día de la Independencia, Stargate y Alien vs. Depredador) fue quien desarrolló toda la “batiparafernalia tecnológica” entre los que se destaca el Batmovil, una especie de “tanque formula 1” de aspecto duro y con marcas de las batallas pasadas que fueron llevadas a cabo por el vigilante de Gotham City.
Tal como sucedió en Man of Steel, Hans Zimmer fue el encargado de realizar la banda sonora, al que se agregó la colaboración de Junkie XL que hizo la música incidental en las escenas en las cuales Batman hacía su aparición .
Como era de esperar, la cada vez más importante empresa Weta Digital, quien estuviera implicado en grandes films de la talla de Las trilogías del Señor de los Anillos y El Hobbit, Deadpool, El Origen del Planeta de los Simios, Avatar, 30 Días de Noche y Yo, Robot, fue quien tuvo la oportunidad de realizar la mayor parte de los efectos especiales implicados en las escenas de acción.
Luego de una "largiiiisima" espera e innumerable cantidad de trailers y spots publicitarios que casi nos cuentan toda la película, Batman V Superman: Dawn of the Justice finalmente fue estrenado a fines de marzo de este año.
¿Cómo hablar de una película sin dar el menor spoiler que haga que los lectores de este blog quieran asesinarme? La tarea es difícil, sobre todo para alguien que ama entrañablemente el universo DC… ¡Pero allá vamos!
Si dijera que la película es maravillosa les estaría mintiendo, pero si dijera que es mala también les estaría faltando totalmente a la verdad. Tal como sucede con Superman y Batman, el film es una moneda con dos caras.
A diferencia de las producciones con los héroes de la Marvel, en donde el dramatismo se equilibra con ciertas dosis de humor, Batman V Superman: Dawn of Justice es una película totalmente oscura. No existen momentos alegres y los personajes se hallan abrumados por la amargura y el desconsuelo, sentimientos que los llevan a enfrentarse entre si ya que no pueden ver el lado bueno que se halla implícito en sus causas.
Lamentablemente todo esa carga psicológica es una pesada rémora para el desarrollo de la historia, llevándonos por una serie de tortuosos vericuetos en donde se dan una serie de diálogos algo vacíos de contenido y que alargan innecesariamente la duración del film.
A pesar de ser un buen director en lo referente al manejo visual de las escenas de acción, Zack Snyder no es una persona muy ducha cuando le toca filmar las existencias cotidianas de los personajes, sobre todo los secundarios, a los cuales se los ve bastante acartonados y unidimensionales.
En lo que a mí respecta, una de las mejores interpretaciones es la de Jeremy Irons encarnando el papel de un poco servicial, irónico y desalineado Alfred. Tanto Henry Cavill como Ben Affleck desempeñan sus roles con gran profesionalismo y son los indiscutidos héroes de la saga. Tampoco desentona en lo absoluto la rivalidad existente entre ambos, nacida a expensas de las maquinaciones urdidas desde las sombras con el fin de destruir todo lo que ellos representan.
Lamentablemente, el papel más flojo es el correspondiente a Jesse Eisenberg y su más que extraña interpretación del científico mega-millonario Lex Luthor. El mismo parece una amalgama entre el Luthor pre y post-crisis con la insana locura del Joker, una composición actoral que no me termina de convencer en lo absoluto.
Si bien nuestra capacidad de maravillarnos ya ha sido sobrepasada hace varios años, debo destacar los cuidados efectos especiales que fueron utilizados a lo largo del film, gracias a los buenos quehaceres de Weta Digital y otras compañias de igual importancia en el medio, sobre todo en las escenas de confrontación entre ambos héroes y su pelea final contra la poderosa criatura kryptoniana conocida como Doomsday, en donde se incluye la aparición de la misteriosa Wonder Woman.
A pesar de sus fallos argumentales, el hecho de haber tomado prestadas ideas de varios comics como Dark Knight Return, The Death of Superman, La saga del Cuarto Mundo e incluso Crisis en las Tierras Infinitas hace que Batman V Superman: El Origen de la Justicia pueda ser disfrutada en su totalidad (sobre todo en la pantalla grande y a todo volumen) destacándose por sobre todas las cosas el final abierto que se encarga de indicarnos que el tanden DC/Warner va a ir por más en los años venideros.
La gran virtud de este film, aparte de los excelentes efectos especiales y el enfrentamiento largamente esperado, es que sirve como piedra basal para una futura expansión del Universo DC, con producciones como Wonder Woman, Aquaman, El Escuadrón Suicida y la más que esperada Justice League.
¡Ah, me olvidaba! No se queden al pedo hasta el final de los títulos… no aparecen ni Spiderman ni Deadpool.
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