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miércoles, 26 de septiembre de 2012

HISTORIAS DEL BUENOS AIRES SECRETO (III)


Textos e ilustraciones de Daniel Barragán (Alias Terraman)

MODERNOS DIOSES PORTEÑOS (1)

“Nadie podrá jamás entender las motivaciones de un dios, sea este una omnisciente criatura celestial o un pavoroso morador de las tinieblas”
Enrique Pintos Trejo-El viajero persistente
No existen dioses sin alguien que crea en ellos.

Bajo esa extraordinaria simbiosis han pervivido, por siglos, todas las leyendas y creencias de la humanidad. Con el arribo de la era del razonamiento, la lógica y la explicación científica, estas deidades, muchas de ellas producto del miedo y la ignorancia, han ido cayendo en el olvido.

Pero ese olvido ha dejado su lugar para el advenimiento de nuevos poderes que se mueven con soltura entre nuestros megalíticos templos de acero y vidrio, exigentes en pedir sacrificios y muertes que los ayuden a perdurar en este nuevo siglo, lleno de terrores tan espantosos como la bomba atómica o Internet.

Seres que perviven más allá de la imaginación, solamente conocidos a través de los susurros apagados de aquellos que saben sobre la existencia de estas increíbles deidades.

Este escrito, que solo pretende ser un compendio sobre ciertos dioses que moran en aquellos ángulos oscuros de la Buenos Aires secreta, tuvo como fuentes de consulta el “Bestiario Mitológico de Ibero América” de Juan Alfonso Echearri (-1956- Editorial Ramon Sopena, Argentina) y la conocida obra de José Gizelli: “Mitografías contemporáneas” (-1991- Ediciones Mandrágora, España) dos de los libros más importantes en lo que respecta a las leyendas y mitos de nuestra ciudad.

LOS CATECÚMENOS

Los mitos no son solo cosas del pasado remoto.

Increíbles historias son gestadas al abrigo de los tubos de ensayo o las computadoras de última generación y existen entidades que pueden ser tan peligrosas como los antiguos horrores de épocas olvidadas.

En los modernos templos de cristal de nuestra ciudad pueden escucharse los rezos paganos de sus muchos feligreses... los adoradores de las tarjetas de crédito o los teléfonos celulares que, ignorantes, convocan estas terribles potestades, representantes de los miedos provocados por esa era tecnológica. Porque este mundo de soberbia y primacía del más fuerte es el lugar adecuado para Ellos y sus accionares.

Y esos nuevos dioses harán temblar los basamentos en donde se anclaban las creencias pretéritas.

Y llegarán con luz y fuego, para sojuzgar el mal que mora en todos nosotros... aún en la más inocente de las criaturas que habitan este infausto orbe.

Y llevan por nombre Los Catecúmenos. Los instruidos no bautizados. Los señores de la verdad definitiva. Los eternos castigadores de todo mal.

No se sabe a ciencia cierta cuales fueron sus orígenes. Se habla, en susurros, de manejos genéticos asociados a la magia arcana. Otros nos narran sobre la existencia de una orden esotérica olvidada que, creída de su superioridad, había pagado con creces el haberse soñado dioses creadores de otros dioses aun más extraños que a los que adoraban.

También es nombrado un increíble objeto de poder, creado por un olvidado y oscuro artesano del mal, cuya diabólica influencia ayudó a moldear sus deíficas formas.

Su iglesia son todas las iglesias y no son ninguna, y está en todos los sitios. Aparece acá y allá, cuando menos es esperada. En un momento un oscuro baldío puede parecer abandonado y al otro está allí, con el espanto que representa su realidad.

Sus frías paredes de piedra brillan enfermizas, devorando a su paso la luz y la esperanza. Poderosos e imponentes, sus múltiples capiteles miran desde alturas inconmensurables a la inmensa ciudad, como estudiando sus sucios pecados. Sus ciclópeas puertas de maderas y metales desconocidos, pues no pertenecen a esta realidad, se abrirán chirriantes ante el arribo de los Señores de la Verdad Definitiva.

El Monaguillo de las Sombras, que fuera uno de los grandes sacerdotes caídos y vuelto a renacer, es su mensajero. Su retorcido cuerpo vaga sin descanso por las calles de la gran ciudad, anunciando el advenimiento de los nuevos tiempos.

Y tal como es la trinidad sagrada, tres serán los encargados de juzgar a la humanidad que infecta el planeta. Con sus múltiples ojos sin párpados vigilan y ven más allá de la mentira.

El primero de ellos es A´thalon, el Papa rampante, de alta figura y finos tocados. Su largo cayado, de brillantes piedras preciosas de muchos y desconocidos colores, se encargará de juzgar los males futuros de la humanidad.

El segundo tiene por figura el cuerpo de una mujer, envuelta en negros velos de castidad, y recibe por nombre el de B´elzeth, la Madre Superiora. Ella juzga las maldades de aquellos aun no nacidos, que se gestan en los vientres maternos.

El tercero, pero no el último, es C´amesh, el monje de amplio manto carmesí. Sus pavorosos ojos juzgan con ferocidad las actitudes pasadas y los pensamientos pecaminosos de los puros de corazón.

Nada escapa a su inquisitiva presencia. Sus decisiones son inflexibles. Su atroz frialdad no tiene límites. La tríada castiga, sin discriminar, a toda forma de mal e imperfección humana.
¡Cuida tus pasos, mortal que corres inútilmente tras el dinero y la gloria! ¡Ellos castigan con fuego, azufre y vara, tal es su terrible poder, tu orgullo de ser un hombre moderno!

domingo, 9 de septiembre de 2012

INUTILÍSIMA SATELITAL


20 RAZONES PARA NO AMAR A UN ZOMBI
El otro día recibí de una amiga de Facebook un "¿veintecálogo?" en donde se exaltaba las virtudes de nuestros queridos amigos caninos, tal cual lo pueden apreciar más abajo.
En un principio me sentí ganado por la ternura y el amor fraternal por nuestros camaradas de cuatro patas, hocicos húmedos y rabos bamboleantes.

Lamentablemente, mi lado maligno se encargó de trastocar drásticamente ese espíritu bondadoso en un retorcido amasijo de maldad y carne putrefacta. Fue así que, en una tarde de domingo esplendoroso, pergeñé estas 20 alocadas razones para no amar a uno de los monstruos más temidos del futuro Apocalipsis que se nos está aproximando a pasos agigantados.

1-Nadie te perseguirá incondicionalmente a donde quieras que vayas. Él si.

2-Siempre te querrá atrapar seas rico o pobre, lindo o feo, hombre o mujer, niño o anciano, boludo o no.

3-No te guardará rencor, ni tampoco cariño. Tan solo despertarás su apetito.

4-Siempre que te encuentre será feliz, por el simple hecho de saber que estás todavía vivo.

5-Nunca te pedirá una caricia o que le tires la pelota… a menos que sean “tus” pelotas, las cuales por supuesto no acariciará.

6-Si llorás, seguro es que te está por alcanzar.

7-Si te enfermas y morís, y volvés a renacer, tendrás un contrincante con quien pelear por un ser humano bien tiernito.

8-Ha nacido para comerse al ser humano.

9-Se conformará siempre con cualquier parte de tu cuerpo, sin protestar jamás… aunque te muerda el pilin.

10-Harás mucho ejercicio para escapar de él.

11-Siempre estará detrás de ti… siempre.

12-Si tienes hijos, estos tendrán que aprender a correr y dejarte atrás como carnada.

13-Te será fiel hasta tu muerte.

14-Es capaz de comer mucho mas de lo que puede atrapar.

15-Si no has tenido nunca un zombi cerca, aprenderás a temerle.

16-Te hará cagar en las patas cuando veas uno, aunque sea un pequeño niño.

17-No le importará que lo llames “apestoso” o “maldita basura muerta”, el querrá comerte igual.

18-Si le regalás un disparo en la cabeza, tu culo te lo agradecerá eternamente.

19-Tan solo que te mire, sabrás lo que quiere de ti.

20-El resto lo sabrás cuando miles de zombis caigan por fin sobre ti.

Si querés saber algo más sobre los zombis pincha acá abajo


sábado, 1 de septiembre de 2012

EL DÍA QUE PARALIZARON LA TIERRA (1951)

DENLE UNA OPORTUNIDAD A LA PAZ
FICHA TÉCNICA
El Día que Paralizaron la Tierra/Ultimatum a la Tierra (The Day the Earth Stood Still –Twentieth Century Fox Film Corporation-1951-)

Dirección: Robert Wise

Producción: Julian Blaustein

Guión: Edmund H. North (basado en el cuento Farewell to the Master de Harry Bates)

Música: Bernard Herrmann

Dirección de arte: Addison Hehr y Lyle Wheeler

Decoración del set: Claude Carpenter y Thomas Little

Efectos especiales: Melbourne Arnold, Fred Sersen, LB Abbott, Lyman Hallowell, Ray Kellogg y Emil Kosa.

Protagonistas: Michael Rennie (Klaatu), Patricia Neal (Helen Benson), Hugh Marlowe (Tom Stevens), Sam Jaffe (Profesor Jacob Barnhardt), Billy Gray (Bobby Benson), Francis Bavier (Miss Barley), Lock Martin (Gort), Patrick Aherne, Holly Bane, Oscar Blanke, Marshall Bradford, John Brown y John Burton.

Duración: 92 min.

“Klaatu Barada Nikto”

Es muy probable que a todos ustedes, queridos amigos del blog, les resulte más que conocida esta extraña expresión, pues la misma se ha transformado en una de las frases más célebres de la historia de la cinematografía de ciencia ficción, junto a otras tan famosas como “Luke, yo soy tu padre” de Star Wars V: El Imperio Contraataca (Star Wars Ep. 5: The Empire Strike Back-1980) o “¡Volveré!” de la inolvidable Terminator (1984).
En 1940, la revista Astounding publicó el cuento “Farewell to the Master”, escrito por Harry Bates, en la cual un extraterrestre que había llegado a la Tierra en misión de paz era asesinado. Tomando el concepto de este relato corto, Edmund H. North escribió un guión que se transformaría en un poderoso alegato antibélico que lo alejaría sustancialmente de las producciones de clase B tan características de esos tiempos tan particulares.

Un platillo volador aterriza en plena ciudad de Washington, a la vista de todo el mundo. Del mismo emerge un extraño visitante de las estrellas, acompañado por un inmenso y poderoso robot de características humanoides.

¿Se trata acaso de una artera invasión extraterrestre?

Todo lo contrario… el inesperado visitante es Klaatu (Michael Rennie) el cual ha sido enviado a nuestro planeta para exhortar a todas las naciones del mundo a que cesen sus actividades bélicas y se avengan a convivir en pacífica coexistencia, so pena de destruir totalmente el planeta si así no sucediera.

A fin de poner en hechos dichas palabras, hará que todo tipo de energía (eléctrica, motriz y atómica) se vea totalmente paralizada.
Por cierto que nos encontramos ante una película totalmente atípica para los tiempos que corrían. En los albores de la era atómica y envueltos en el contexto de la guerra fría entre la Unión Soviética y EE.UU., la maquinaria hollywoodense se había impuesto la rentable tarea de alertar a los buenos ciudadanos sobre los peligros inherentes a una posible infiltración comunista en suelo norteamericano.
Todo esto llevó a que salieran al ruedo un montón de películas de corte paranoico, en donde esos temores eran presentados bajo la forma de oscuros personajes cuyo único objetivo era sojuzgar las mentes y las almas de aquellos que disfrutaban las mieles de la democracia.

La ciencia ficción se transformó  en una excelente metáfora para todos esos miedos, produciendo una gran cantidad de films en donde la amenaza roja se hallaba representada por monstruosas e inhumanas criaturas extraterrestres, dueñas de una avanzada tecnología… pero carentes de sentimientos tan humanos como la compasión o el amor.
A diferencia de todas estas producciones, El Día que Paralizaron la Tierra no nos presenta a un monstruo sino a alguien que es como nosotros. Klaatu es un ser humano sensible, representante de una comunidad galáctica sumamente avanzada, que viene a alertarnos sobre nuestra insensatez de creernos entidades superiores, un pequeño detalle que únicamente puede conducirnos a la total autodestrucción.

Sin duda alguna, un novedoso discurso pacifista para una época en donde esa tan mentada paz pendía de un hilo muy, pero muy delgado.

A todo eso, también debemos sumarle las connotaciones religiosas presentes a lo largo de todo el film, como lo fue el nombre adoptado por el extraterrestre para mezclarse con la población (Carpenter= Carpintero) y su muerte, con la posterior resurrección, que lo acerca de manera más que evidente a la pasión de Jesucristo… un tema sumamente controvertido para la inclemente censura impuesta por el Código Hays.

A pesar de todas esas contras, la película fue un gran éxito de taquilla, llegando a recaudar el doble de lo que había sido invertido en su producción.
Robert Wise

La dirección estuvo a cargo de uno de los grandes directores de Hollywood: Robert Wise (1914-2005), entre cuyos logros podemos nombrar La Maldición de la Pantera (The Curse of the Cat People -1944-), El Profanador de Tumbas (The Body Snatcher -1945-), Las Ratas del Desierto (The Desert Rats (1953), Amor sin Barreras (West Side Story -1961-), La Mansión Embrujada (The Haunting -1963-), La Amenaza de Andrómeda (The Andromeda Strain -1971-), Hindenburg (The Hindenburg -1975-) y Viaje a las Estrellas La Película (Star Trek: The Motion Picture -1979-).

Aparte de la soberbia actuación de Michael Rennie en el papel de Klaatu, el reparto actoral estuvo conformado por Patricia Neal (como Helen Benson, la única que comprende cabalmente las motivaciones del extraterrestre), Hugh Marlowe (es Tom Stevens que, cual Judas, entrega a Klaatu a las autoridades) y Billy Gray (el niñito de turno presente en cualquier película de corte fantástico que se precie de serlo).

Michael Rennie y Patricia Neal
Bernard Herrmann realizó la banda sonora, el cual usó una serie de instrumentos atípicos como el Theremin (un tipo de instrumento electrónico manejado por el Dr. Samuel Hoffman y Paul Shure), órganos Hammond, vibráfonos, timbales, arpas, instrumentos de viento y cuerda, que fueron mezclados con técnicas de sobregrabación e inversión de la cinta.

La filmación en exteriores fue llevada a cabo en los estudios de la 20th Century Fox, situados en California, y otras se realizaron en Washington, aunque es de destacar que ninguno de los protagonistas viajó allí para la realización de la película.

Los efectos especiales corrieron por cuenta de Thomas Little y Claude Carpenter que, junto al arquitecto Frank Lloyd Wright, diseñaron la nave extraterrestre y los sets correspondientes al interior de la misma.

Mención aparte la merece el robot Gort, que fue interpretado por un acomodador del Teatro Chino Graumann llamado Lock Martin que medía 2.31 metros de altura. Para personificar al androide, debió vestirse con un pesado y sofocante traje de goma, que estaba pintado de tal manera que simulaba una aleación metálica. Para evitar el agotamiento, el periodo de filmación de los segmentos en que Martin aparecía no era mayor a media hora.

Su imponente y silenciosa presencia nos hace dar cuenta de manera inmediata que no se trata precisamente de un simpático robotito, dispuesto a obedecer ciegamente cada uno de nuestros caprichos. Por el contrario, Gort es un poderoso representante de la fuerzas policial de una comunidad galáctica que no se haya dispuesta a permitir que el hombre lleve su salvajismo a las estrellas.

No cabe duda alguna que, al intentar que la película fuera lo más realista posible, Robert Wise se encargó de construir un vigoroso relato antibélico al que nadie pasó desapercibido. El tiempo se encargó de transformarlo en todo un clásico del cine de ciencia ficción.

En el año 1952, tuvo el mérito de recibir un Golden Globe honorífico por promover el entendimiento internacional. En 1995 fue seleccionada para su preservación en el National Film Registry, que la consideró como un patrimonio cultural, histórico y estéticamente significativo. También, en 2001, recibió el reconocimiento del American Film Institute.

Una película infaltable para todo aquel que se considera un fan de la ciencia ficción y del cine.
...y no, no esperen en lo absoluto que hable sobre la “remake” (¿No les tiene podrido esa palabreja?) de 2008, protagonizada por Keanu "Neo" Reeves y la bellísima Jennifer Connelly.


GALERÍA DE IMÁGENES
Las imágenes presentes son capturas de pantalla realizadas por mí, a partir de la edición en DVD de esta película. Espero que las disfruten