4) SOBRE NAHUELITO Y OTROS PARIENTES DEL CAMPO
Como ya les había comentado en la anterior entrada, el famoso monstruo del Lago Ness no se encuentra solo en el mundo y son varios los parientes que han hecho su aparición en otras localidades.
En la actualidad existen numerosas historias y leyendas en torno de la presencia de estas bestias lacustres a lo largo de todo el planeta, pero ninguna de ellas ha sido confirmada de manera oficial... o al menos fidedigna.
Angola (El León de las Aguas), las zonas colindantes al Lago Victoria y los afluentes del Nilo (Lukwata), los lagos escandinavos, el Lago Suldal en Noruega, el Lago Haiyr y Labynkir (Rusia), las cuencas desconocidas de los ríos Yapura, Jurüa y Purus en el Amazonas, son solo algunos de los lugares en donde han sido avistadas misteriosas e inclasificables criaturas de características anfibias.
El célebre naturalista y escritor sobre la vida salvaje, Ivan T. Sanderson (1911-1973), relató en una oportunidad una experiencia que vivió en uno de sus viajes al África occidental. En un brazo de un río inexplorado se topó con un inmenso animal similar a una foca. Ante esa terrible presencia, que agitaba con furia inusitada las aguas, Sanderson y los exploradores nativos huyeron de allí precipitadamente. Posteriormente, se enteraría que dicha criatura era herbívora y que atacaba con ferocidad a los cocodrilos e hipopótamos.
El Lago Okanagan, situado en la Columbia Británica (Canadá), también tiene su propio monstruo acuático, el cual ha sido conocido con el nombre de Ogopogo. Tal como ha sucedido con su contraparte escocesa, este Nessie canadiense ha tenido numerosos avistamientos documentados que se remontan al año 1860.
En 1926, un gran grupo de gente tuvo la oportunidad de observar con claridad la presencia de una criatura serpentiforme desplazándose sobre la superficie del lago. La primera filmación del mismo recién fue realizada en 1968 y en la misma puede verse un objeto oscuro que se desplaza cerca de la costa.
Como los EE.UU. no quieren quedarse fuera de la moda de los monstruos lacustres, se inventaron su propio Nessie, que supuestamente había sido observado por el explorador Samuel de Champlain en 1609 en el lago que llevaría su nombre. Champ, tal como es conocido en la actualidad, sería una criatura de unos 20 metros de longitud, la cual ha sido observada en ese sitio desde el año 1819 en adelante.
Hasta ahora todo muy lindo y muy misterioso... pero vamos a lo que más nos interesa (por lo menos eso es lo que yo creo) de este artículo... la historia de nuestro monstruoso pollo criollo, el Nahuelito.
Como ya habrán supuesto, el nombre de este increíble bicho se debe a que vive su misteriosa existencia en las profundidades del Lago Nahuel Huapi, situado en el sur de la República Argentina, y los relatos sobre el mismo se remontan a tiempos anteriores a la llegada de los conquistadores españoles.
El primer avistamiento data de 1910, cuando un tal George Garret, que se hallaba navegando por el lago, pudo avistar a unos 400 metros de donde se encontraba a una criatura cuya parte visible medía aproximadamente entre 5 y 7 metros. Este hecho recién se haría público en 1922, cuando la noticia fue levantada por el Toronto Globe.
En ese mismo año, el Doctor Clemente Onelli, por entonces director del Zoológico de Buenos Aires, se enteró sobre el hallazgo, por parte de un buscador de oro llamado Martin Sheffield, de unas extrañas huellas a orillas del Nahuel Huapi. De inmediato fue organizada una expedición al mando de José Chiagi, superintendente del zoológico, y un grupo de famosos cazadores a fin de desentrañar el misterio.
Los pobladores de la zona pusieron el grito en el cielo ante la barbaridad que iba a ser cometida y el Doctor Albarracín, presidente de la Asociación Protectora de Animales, le pidió al gobierno nacional que el grupo expedicionario se limitara a confirmar la existencia o no del animal. Por supuesto, todo este revuelo fue al divino gas, ya que no fue encontrado ni el menor rastro de la mítica criatura. A pesar de ello la historia llegó a tener repercusión internacional, siendo comentada incluso por la prestigiosa revista Scientific American.
Otra de las historias extrañas alrededor de este críptido sucedió en 1960, cuando la Armada Argentina persiguió en el lago a un objeto submarino durante 18 días, sin llegar a identificarlo.
Con el aumento de la masa turística, los avistamientos crecieron aun más y en abril de 1988 fueron publicadas varias fotos de Nahuelito en el diario local, las cuales fueron tomadas a corta distancia con una cámara que no era digital.
Los avistamientos post-Nessie (que se transformó en la matriz morfológica para la descripción de todos los monstruos lacustres) nos cuentan que Nahuelito es una criatura de unos 10 a 15 metros, con dos jorobas, piel similar al cuero y un cuello en forma de cisne.
¿Un monstruo prehistórico viviendo en las frías profundidades de nuestro lago nativo o tan solo un mito que se remonta a las viejas mitologías indígenas de la zona?
¿Una “realidad” nacida a expensas de ciertos intereses comerciales que hacen que la historia permanezca en el tiempo?
Muchas teorías han sido formuladas en torno a la existencia o no de Nessie, Nahuelito, Ogopogo y otros tantos... y hay muchas más personas que quieren seguir creyendo en ellos.
Lamentablemente...
5) EXPLICANDO LO INEXPLICABLE
Para explicar sus supuestas existencias en nuestra actualidad se han postulado diferentes teorías, a saber:-
-Plesiosaurio u otro reptil marino prehistórico: las descripciones modernas que se hacen de estos monstruos se parecen mucho a estos extintos reptiles marinos: cuello largo, cuerpo con forma de barril y aletas. Si bien la teoría es más que interesante, tanto científicos serios como criptozoólogos han descartado esta hipótesis debido a insalvables inconvenientes.
Un enorme abismo de varios millones de años, algunas glaciaciones, terremotos, cambios climáticos y, probablemente, un inoportuno meteorito se encargaron de separar a los dinosaurios, plesiosaurios y otras bestias mezozoicas de nuestra época actual.
No me cabe duda que sería muy lindo para todos nosotros que esos monstruos realmente existieran, pero... ¿No les parece un poco ridícula la idea de que hayan logrado sobrevivir a un lapso tan largo de vida sobre el planeta y en condiciones tan adversas?
Una de ellas es que para que esta criatura pueda sobrevivir habría sido necesaria la existencia de varios especímenes (tanto machos como hembras). También se ha señalado que los lagos en donde han sido avistados son oligotróficos, o sea que no producen la suficiente cantidad de alimento para poder sustentar a una manada de esos reptiles prehistóricos y, por lo tanto, hubieran tenido que salir a tierra para comer, aumentando así las posibilidades de ser observados por los lugareños.
Por último, todos estos lagos fueron formados durante el periodo glaciar, un evento ocurrido mucho tiempo después de la extinción masiva del periodo mezozoico, acaecido unos 72 millones de años atrás.
-Otros animales lacustres: castores, serpientes, esturiones, cocodrilos de gran tamaño y cardúmenes de peces pueden ser confundidos al observarlos de lejos.
En lo que respecta a Nahuelito, las leyendas de los Mapuches lo asocian al Cuero o Huecuvú, una mítica criatura similar a un cuero de vaca que habitaba en los lagos, la cual atrapaba a las incautas víctimas, envolviéndolas y llevándoselas a las profundidades. En Chile, se denomina Cuero a un tipo de raya, la cual habría dado origen a la leyenda que conocemos en la actualidad.
-Confusiones con ramas y troncos: estos elementos son llevados a la superficie por los gases producto de la descomposición. Más tarde, la imaginación se encargará de llenar todos los huecos que hacen que se transforme en un monstruo hecho y derecho.
-Mutaciones: hay quienes afirman que estos monstruos son en realidad mutaciones de especies conocidas, ya sea a gracias a la mano de la naturaleza, los experimentos genéticos... o a las radiaciones nucleares (¡Otra que Godzilla!).
Esta última teoría tuvo cierto sustento en su momento debido al famoso proyecto nuclear de la isla Huemul, llevado a cabo por el austriaco Ronald Richter durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón y que terminó siendo una auténtica estafa.
-Minisubmarinos de origen desconocido: no esperen que les explique tan extraña y estúpida teoría.
Tanto el monstruo del lago Ness como nuestro Nahuelito y el resto de la parentela han reportado pingues ganancias a las economías regionales a lo largo de varios años y eso da a pensar que, a pesar de las sensatas explicaciones que indican lo contrario, estas leyendas van a perdurar por un tiempo muy, pero muy, largo.
6) ¡HAKUNA MOKÉLÉ!
En el África Central es muy conocida la leyenda de un monstruo mítico que habitaría en los pantanos del río Likouala-aux-Herbes, situado en la República Popular del Congo.
Recibe varios nombres, según la región, pero el más conocido es el de Mokélé-mbémbé ("Aquel que detiene los ríos"). Este monstruo es un componente importante dentro de la tradición oral de los pigmeos... y tengan en cuenta que, gracias a estas tradiciones, los zoólogos descubrieron al famoso Okapi, un animal similar a una jirafa pero con el cuello corto.
Se lo describe como un animal cuadrúpedo de color gris-pardo de unos 4 a 6 metros de alto por 5 a 10 de largo, cuello largo y cola como la de un lagarto. Vive en los ríos y trepa a las orillas para alimentarse de la vegetación circundante, en donde deja sus huellas palmeadas.
La primera mención del mismo data de 1776, cuando el misionero francés Abbé Liévain Bonaventure observó la presencia de unas enormes huellas que no correspondían a ninguna de las especies conocidas. Alrededor del año 1960, unos nativos pigmeos le narraron al pastor Thomas su enfrentamiento con uno de esos monstruos, al cual habían logrado matar en las cercanías del Lago Télé.
En 1913, el barón Von Stern Lausnitz, un capitán de las fuerzas coloniales alemanas asentadas en Camerún, escuchó numerosas historias locales que se referían a este extraño habitante de los pantanos, aunque personalmente no tuvo contacto con el mismo.
Roy Mackal, profesor de zoología de la Universidad de Chicago, organizó dos expediciones para buscar a este “¿dinosaurio?” en 1980 y 1981, en las cuales no pudieron encontrarse pruebas concluyentes, a menos que se tome como tales a un sendero abierto por un animal de gran tamaño.
Entre 1909 y 2012 fueron llevadas a cabo diferentes expediciones (incluso una que fue financiada por el Smithsoniano) a fin de obtener alguna prueba concluyente sobre la existencia de este supuesto saurópodo en tierras africanas, sin lograr obtener el más mínimo éxito… a pesar de los varios miles de dólares gastados en esas inútiles campañas.
Las descripciones dadas por los nativos hicieron suponer a los Criptozoologos que el animal de marras era nada menos que un Apatosaurus (antes conocido como Brontosaurus) o un dinosaurio Saurópodo de similares características. Las teorías sobre la existencia del Mokélé-mbémbé no difieren mucho de las de Nessie o Nahuelito… y es así como vuelven a surgir las mismas dudas y teorías científicas que abonan todo lo contrario a la supervivencia de estos animales antediluvianos.
En cierta ocasión, el cazador Hans Schomburgk (1880-1967), que fuera comisionado para capturar algún ejemplar de esta especie desconocida para el Zoológico de Hamburgo, llegó a la sabia conclusión de que los nativos dirían lo que uno quisiera escuchar, a la hora de complacer al hombre blanco.
Ante tan sabia afirmación, creo que sobran los comentarios y discusiones al respecto de este tema.
-NAHUELITO: EL NESSIE ARGENTO- |
En la actualidad existen numerosas historias y leyendas en torno de la presencia de estas bestias lacustres a lo largo de todo el planeta, pero ninguna de ellas ha sido confirmada de manera oficial... o al menos fidedigna.
-OGOPOGO- |
Angola (El León de las Aguas), las zonas colindantes al Lago Victoria y los afluentes del Nilo (Lukwata), los lagos escandinavos, el Lago Suldal en Noruega, el Lago Haiyr y Labynkir (Rusia), las cuencas desconocidas de los ríos Yapura, Jurüa y Purus en el Amazonas, son solo algunos de los lugares en donde han sido avistadas misteriosas e inclasificables criaturas de características anfibias.
El célebre naturalista y escritor sobre la vida salvaje, Ivan T. Sanderson (1911-1973), relató en una oportunidad una experiencia que vivió en uno de sus viajes al África occidental. En un brazo de un río inexplorado se topó con un inmenso animal similar a una foca. Ante esa terrible presencia, que agitaba con furia inusitada las aguas, Sanderson y los exploradores nativos huyeron de allí precipitadamente. Posteriormente, se enteraría que dicha criatura era herbívora y que atacaba con ferocidad a los cocodrilos e hipopótamos.
-OGOPOGO- |
El Lago Okanagan, situado en la Columbia Británica (Canadá), también tiene su propio monstruo acuático, el cual ha sido conocido con el nombre de Ogopogo. Tal como ha sucedido con su contraparte escocesa, este Nessie canadiense ha tenido numerosos avistamientos documentados que se remontan al año 1860.
En 1926, un gran grupo de gente tuvo la oportunidad de observar con claridad la presencia de una criatura serpentiforme desplazándose sobre la superficie del lago. La primera filmación del mismo recién fue realizada en 1968 y en la misma puede verse un objeto oscuro que se desplaza cerca de la costa.
Como los EE.UU. no quieren quedarse fuera de la moda de los monstruos lacustres, se inventaron su propio Nessie, que supuestamente había sido observado por el explorador Samuel de Champlain en 1609 en el lago que llevaría su nombre. Champ, tal como es conocido en la actualidad, sería una criatura de unos 20 metros de longitud, la cual ha sido observada en ese sitio desde el año 1819 en adelante.
-EL MONSTRUO DEL LAGO CHAMPLAIN- |
Como ya habrán supuesto, el nombre de este increíble bicho se debe a que vive su misteriosa existencia en las profundidades del Lago Nahuel Huapi, situado en el sur de la República Argentina, y los relatos sobre el mismo se remontan a tiempos anteriores a la llegada de los conquistadores españoles.
-LAGO NAHUEL HUAPI- |
El primer avistamiento data de 1910, cuando un tal George Garret, que se hallaba navegando por el lago, pudo avistar a unos 400 metros de donde se encontraba a una criatura cuya parte visible medía aproximadamente entre 5 y 7 metros. Este hecho recién se haría público en 1922, cuando la noticia fue levantada por el Toronto Globe.
En ese mismo año, el Doctor Clemente Onelli, por entonces director del Zoológico de Buenos Aires, se enteró sobre el hallazgo, por parte de un buscador de oro llamado Martin Sheffield, de unas extrañas huellas a orillas del Nahuel Huapi. De inmediato fue organizada una expedición al mando de José Chiagi, superintendente del zoológico, y un grupo de famosos cazadores a fin de desentrañar el misterio.
Los pobladores de la zona pusieron el grito en el cielo ante la barbaridad que iba a ser cometida y el Doctor Albarracín, presidente de la Asociación Protectora de Animales, le pidió al gobierno nacional que el grupo expedicionario se limitara a confirmar la existencia o no del animal. Por supuesto, todo este revuelo fue al divino gas, ya que no fue encontrado ni el menor rastro de la mítica criatura. A pesar de ello la historia llegó a tener repercusión internacional, siendo comentada incluso por la prestigiosa revista Scientific American.
-JOSE CHIAGI Y EL GRUPO EXPEDICIONARIO- |
Con el aumento de la masa turística, los avistamientos crecieron aun más y en abril de 1988 fueron publicadas varias fotos de Nahuelito en el diario local, las cuales fueron tomadas a corta distancia con una cámara que no era digital.
Los avistamientos post-Nessie (que se transformó en la matriz morfológica para la descripción de todos los monstruos lacustres) nos cuentan que Nahuelito es una criatura de unos 10 a 15 metros, con dos jorobas, piel similar al cuero y un cuello en forma de cisne.
¿Un monstruo prehistórico viviendo en las frías profundidades de nuestro lago nativo o tan solo un mito que se remonta a las viejas mitologías indígenas de la zona?
-UNA FOTO (POR SUPUESTO CONFUSA) DEL ELUSIVO NAHUELITO- |
Muchas teorías han sido formuladas en torno a la existencia o no de Nessie, Nahuelito, Ogopogo y otros tantos... y hay muchas más personas que quieren seguir creyendo en ellos.
Lamentablemente...
5) EXPLICANDO LO INEXPLICABLE
Para explicar sus supuestas existencias en nuestra actualidad se han postulado diferentes teorías, a saber:-
-Plesiosaurio u otro reptil marino prehistórico: las descripciones modernas que se hacen de estos monstruos se parecen mucho a estos extintos reptiles marinos: cuello largo, cuerpo con forma de barril y aletas. Si bien la teoría es más que interesante, tanto científicos serios como criptozoólogos han descartado esta hipótesis debido a insalvables inconvenientes.
Un enorme abismo de varios millones de años, algunas glaciaciones, terremotos, cambios climáticos y, probablemente, un inoportuno meteorito se encargaron de separar a los dinosaurios, plesiosaurios y otras bestias mezozoicas de nuestra época actual.
-ELASMOSAURIO- |
No me cabe duda que sería muy lindo para todos nosotros que esos monstruos realmente existieran, pero... ¿No les parece un poco ridícula la idea de que hayan logrado sobrevivir a un lapso tan largo de vida sobre el planeta y en condiciones tan adversas?
Una de ellas es que para que esta criatura pueda sobrevivir habría sido necesaria la existencia de varios especímenes (tanto machos como hembras). También se ha señalado que los lagos en donde han sido avistados son oligotróficos, o sea que no producen la suficiente cantidad de alimento para poder sustentar a una manada de esos reptiles prehistóricos y, por lo tanto, hubieran tenido que salir a tierra para comer, aumentando así las posibilidades de ser observados por los lugareños.
Por último, todos estos lagos fueron formados durante el periodo glaciar, un evento ocurrido mucho tiempo después de la extinción masiva del periodo mezozoico, acaecido unos 72 millones de años atrás.
-ESTURION (GENERO ACIPENSER)- |
-Otros animales lacustres: castores, serpientes, esturiones, cocodrilos de gran tamaño y cardúmenes de peces pueden ser confundidos al observarlos de lejos.
En lo que respecta a Nahuelito, las leyendas de los Mapuches lo asocian al Cuero o Huecuvú, una mítica criatura similar a un cuero de vaca que habitaba en los lagos, la cual atrapaba a las incautas víctimas, envolviéndolas y llevándoselas a las profundidades. En Chile, se denomina Cuero a un tipo de raya, la cual habría dado origen a la leyenda que conocemos en la actualidad.
-Confusiones con ramas y troncos: estos elementos son llevados a la superficie por los gases producto de la descomposición. Más tarde, la imaginación se encargará de llenar todos los huecos que hacen que se transforme en un monstruo hecho y derecho.
-¡CARAMBOLAS! ¡LE SACAMOS UNA FOTO A NAHUELITO!- |
-¡MIERDA! ¡LE SAQUÉ UNA FOTO A UN TRONCO SEMIHUNDIDO!- |
Esta última teoría tuvo cierto sustento en su momento debido al famoso proyecto nuclear de la isla Huemul, llevado a cabo por el austriaco Ronald Richter durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón y que terminó siendo una auténtica estafa.
-Minisubmarinos de origen desconocido: no esperen que les explique tan extraña y estúpida teoría.
Tanto el monstruo del lago Ness como nuestro Nahuelito y el resto de la parentela han reportado pingues ganancias a las economías regionales a lo largo de varios años y eso da a pensar que, a pesar de las sensatas explicaciones que indican lo contrario, estas leyendas van a perdurar por un tiempo muy, pero muy, largo.
6) ¡HAKUNA MOKÉLÉ!
En el África Central es muy conocida la leyenda de un monstruo mítico que habitaría en los pantanos del río Likouala-aux-Herbes, situado en la República Popular del Congo.
Recibe varios nombres, según la región, pero el más conocido es el de Mokélé-mbémbé ("Aquel que detiene los ríos"). Este monstruo es un componente importante dentro de la tradición oral de los pigmeos... y tengan en cuenta que, gracias a estas tradiciones, los zoólogos descubrieron al famoso Okapi, un animal similar a una jirafa pero con el cuello corto.
Se lo describe como un animal cuadrúpedo de color gris-pardo de unos 4 a 6 metros de alto por 5 a 10 de largo, cuello largo y cola como la de un lagarto. Vive en los ríos y trepa a las orillas para alimentarse de la vegetación circundante, en donde deja sus huellas palmeadas.
La primera mención del mismo data de 1776, cuando el misionero francés Abbé Liévain Bonaventure observó la presencia de unas enormes huellas que no correspondían a ninguna de las especies conocidas. Alrededor del año 1960, unos nativos pigmeos le narraron al pastor Thomas su enfrentamiento con uno de esos monstruos, al cual habían logrado matar en las cercanías del Lago Télé.
En 1913, el barón Von Stern Lausnitz, un capitán de las fuerzas coloniales alemanas asentadas en Camerún, escuchó numerosas historias locales que se referían a este extraño habitante de los pantanos, aunque personalmente no tuvo contacto con el mismo.
Roy Mackal, profesor de zoología de la Universidad de Chicago, organizó dos expediciones para buscar a este “¿dinosaurio?” en 1980 y 1981, en las cuales no pudieron encontrarse pruebas concluyentes, a menos que se tome como tales a un sendero abierto por un animal de gran tamaño.
-APATOSAURIO- |
Entre 1909 y 2012 fueron llevadas a cabo diferentes expediciones (incluso una que fue financiada por el Smithsoniano) a fin de obtener alguna prueba concluyente sobre la existencia de este supuesto saurópodo en tierras africanas, sin lograr obtener el más mínimo éxito… a pesar de los varios miles de dólares gastados en esas inútiles campañas.
Las descripciones dadas por los nativos hicieron suponer a los Criptozoologos que el animal de marras era nada menos que un Apatosaurus (antes conocido como Brontosaurus) o un dinosaurio Saurópodo de similares características. Las teorías sobre la existencia del Mokélé-mbémbé no difieren mucho de las de Nessie o Nahuelito… y es así como vuelven a surgir las mismas dudas y teorías científicas que abonan todo lo contrario a la supervivencia de estos animales antediluvianos.
En cierta ocasión, el cazador Hans Schomburgk (1880-1967), que fuera comisionado para capturar algún ejemplar de esta especie desconocida para el Zoológico de Hamburgo, llegó a la sabia conclusión de que los nativos dirían lo que uno quisiera escuchar, a la hora de complacer al hombre blanco.
Ante tan sabia afirmación, creo que sobran los comentarios y discusiones al respecto de este tema.
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