Recuerdo una tarde de sábado en mi casa, cuando apenas tenía unos
11 años.
Sin nada mejor que hacer, me puse a ver una de las tantas películas que daban en el ciclo Sábados de Superacción del canal 11 (ahora conocido como Telefe).
La misma trataba de un osado marino de tiempos antiguos que debía enfrentarse a un malvado brujo que había hecho reducir de tamaño a una bella princesa. Para poder curarla de la maldición, el valiente joven se debía dirigir hacia una isla remota en donde habitan inimaginables criaturas monstruosas. Enorme fue mi asombro cuando hicieron su aparición los mentados monstruos.
Sin nada mejor que hacer, me puse a ver una de las tantas películas que daban en el ciclo Sábados de Superacción del canal 11 (ahora conocido como Telefe).
La misma trataba de un osado marino de tiempos antiguos que debía enfrentarse a un malvado brujo que había hecho reducir de tamaño a una bella princesa. Para poder curarla de la maldición, el valiente joven se debía dirigir hacia una isla remota en donde habitan inimaginables criaturas monstruosas. Enorme fue mi asombro cuando hicieron su aparición los mentados monstruos.
¡ERAN INCREIBLEMENTE REALES!
La película en cuestión se llamaba El Séptimo Viaje de
Simbad y el artífice de los efectos especiales no era otro que el gran maestro
del Stop Motion llamado Ray Harryhausen.
Alumno dilecto del gran Willis O´Brien, Harryhausen se encargaría de llevar al arte del Stop Motion a
niveles creativos que aun hoy, a pesar uso indiscriminado de la animación computada y el 3D, sigue
sorprendiendo y emocionando a todos aquellos que tuvieron la oportunidad de
acercarse a sus poderosas creaciones cinematográficas.
Cíclopes. Dragones. Platos voladores. Demonios. Criaturas
extraterrestres. Esqueletos vivientes. Monstruos mitológicos. Pulpos y
cangrejos gigantes. Dinosaurios… el gran maestro dejó por fin su cuerpo mortal
hace apenas unos pocos días, pero nos dejó todo un increíble legado. Un legado
que perdurará mucho más allá de lo que todos nosotros podríamos llegar a imaginarnos.
Cuando me enteré, a través de un amigo, que el gran Ray Harryhausen había fallecido
sentí que con él moría una parte de mi infancia.
A modo de homenaje, El Omega: El fin de todas las cosas –uno
de los tantos hijos bastardos nacidos del espíritu de Harryhausen- exhibirá durante este mes una suerte de gran galería de
imágenes de los diferentes films que realizó a lo largo de toda su vida
creativa.
Espero que lo disfruten tanto como yo.
1-DINOSAURIOS Y OTROS BICHOS PREHISTÓRICOS
El primer contacto de Harryhausen con la técnica del Stop
Motion fue a través de la obra de Willis O´Brien y sus dos trabajos más
importantes: El Mundo Perdido (1925) y la mítica King Kong (1933).
Estas dos producciones se transformaron en las piedras
fundacionales del cine de dinosaurios y tierras perdidas y el comienzo de la
labor de un joven Ray, que en el garaje de su casa se dedicó a realizar primitivas
escenas de dinosaurios animados con esta artesanal técnica.
El Monstruo de Tiempos Remotos, la primera participación
integral del maestro, se transformaría en la primera película de dinosaurios
que amenazaban a la humanidad. Sin el dinosaurio apócrifo conocido como
Rhedosaurio, probablemente Godzilla, sus monstruosos camaradas y el género
conocido como Kaiju Eiga jamás hubieran existido.
EL MONSTRUO DE TIEMPOS REMOTOS (The Beast from 20.000
Fathoms -1953-)
UN MILLON DE AÑOS ANTES DE CRISTO (One Million Years B. C.
-1966-)
EL VALLE DE GWANGI (The Valley of Gwangi -1969)
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